Por Daniel Movilla
Hoy, sin ir mas lejos, he comprobado una vez mas la importancia de las personas que comparten todo contigo, amor, dolor, alegrías y tristezas. Todo
Y a mi recuerdo ha venido también, una poesía del gran Pedro Salinas, que yo le envié hace muchísimo tiempo atrás, a una chica de 18 años, hoy mi mujer, que por aquel entonces y por mi culpa, no quería quererme.
Nada explicaba mejor que esta poesía, mis sensaciones de ese momento.
La forma de querer tú
es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes
es el silencio.
Tus besos
son ofrecerme los labios
para que los bese yo.
Jamás palabras, abrazos,
me dirán que tú existías,
que me quisiste: jamás.
Me lo dicen hojas blancas,
mapas, augurios, teléfonos;
tú, no.
Y estoy abrazado a ti
sin preguntarte, de miedo
a que no sea verdad
que tú vives y me quieres.
Y estoy abrazado a ti
sin mirar y sin tocarte.
No vaya a ser que descubra
con preguntas, con caricias, esa soledad inmensa
de quererte sólo yo.
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