"Es la suya la historia trágica de un genio que fue empujado a la muerte por la nación que tanto hizo por defender" (extracto del libro 'Pensando en máquinas que piensan', Rafael Lahoz-Beltra)
Alan Mathison Turing
(Londres 1912–Wilmslow, Reino Unido 1954).
A pesar de su prematura y dramática muerte a la edad de 41 años, fue uno de los genios más polifacéticos e influyentes del siglo XX.
Sus descubrimientos más importantes forman parte hoy, sin nosotros saberlo, de nuestra vida diaria. Con su trabajo estableció las bases teóricas de la informática, los primeros pasos en la inteligencia artificial o en la biología matemática.
(Londres 1912–Wilmslow, Reino Unido 1954).
A pesar de su prematura y dramática muerte a la edad de 41 años, fue uno de los genios más polifacéticos e influyentes del siglo XX.
Sus descubrimientos más importantes forman parte hoy, sin nosotros saberlo, de nuestra vida diaria. Con su trabajo estableció las bases teóricas de la informática, los primeros pasos en la inteligencia artificial o en la biología matemática.
El 23 de junio de 1912 nacía Alan Turing en Londres en el seno de una familia de la clase media-alta de una sociedad conservadora con costumbres y valores educativos tradicionales del Imperio Británico. Sus padres residían, antes de su nacimiento, en Chatrapur (India), al ser su progenitor un empleado del Indian Civil Service. Sin embargo, decidieron que el Reino Unido sería un lugar más seguro para educar a sus hijos, razón por la que se trasladaron a Londres.
Nuestro personaje, de pensamiento científico y personalidad lejana a los valores más tradicionales de la sociedad inglesa en los que fue educado, tuvo serios enfrentamientos con consecuencias trágicas para su vida personal como se relatará.
Alan mostró unas altísimas capacidades desde muy temprana edad. Se cuenta que a los siete años pensó que la mejor manera de recoger miel era dibujar el trayecto que realizan las abejas para obtener el punto de intersección de los recorridos de todas ellas, lugar donde se encontraría el panal. Sin embargo, en su etapa escolar fue un alumno discreto, dentro de la media y que incluso llegó a padecer algún episodio de acoso escolar. Como suele ser habitual, también hoy, el sistema de enseñanza de esa época era poco estimulante para los alumnos más brillantes.
Alan mostró unas altísimas capacidades desde muy temprana edad. Se cuenta que a los siete años pensó que la mejor manera de recoger miel era dibujar el trayecto que realizan las abejas para obtener el punto de intersección de los recorridos de todas ellas, lugar donde se encontraría el panal. Sin embargo, en su etapa escolar fue un alumno discreto, dentro de la media y que incluso llegó a padecer algún episodio de acoso escolar. Como suele ser habitual, también hoy, el sistema de enseñanza de esa época era poco estimulante para los alumnos más brillantes.
A la edad de dieciséis años entendía perfectamente la teoría de la relatividad de Einstein, a los diecisiete estudió la mecánica cuántica, iniciando entonces una estrecha amistad con Christopher Morcom, con el que compartía además, inquietudes científicas similares, hasta que la muerte de este último, dos años después le sumió en una profunda crisis que le apartó de la religión, aproximándose al ateísmo.
Es en 1932, estando en Cambridge y por tanto, en un ambiente más propicio para el desarrollo de sus inquietudes, cuando admite su homosexualidad, empezando su primera relación amorosa con otro estudiante de matemáticas.
Entre sus hallazgos más destacables están la fabricación de uno de los ordenadores más rápidos de su época, el Pilot ACE, aunque ya antes participó en la invención del primer ordenador de la historia, el Colossus que vio la luz precisamente en Bletchley Park donde Turing trabajó.
Los avances científicos y tecnológicos en muchos casos son el resultado "positivo" de los conflictos bélicos, como ocurrió en este caso. Cerca de diez mil trabajadores a finales de la II Guerra Mundial trabajaban en Bletchley Park, un auténtico complejo de espionaje contra la Alemania nazi.
En este centro desveló los códigos Enigma realizados por una máquina patentada por un ingeniero alemán en 1918, con la que los alemanes del III Reich cifraban sus mensajes durante la II Guerra Mundial, razón por la cual Turing recibió un merecido reconocimiento al final de la contienda: fue galardonado con la Orden del Imperio Británico, ya que gracias a su trabajo se conocieron las fechas de los ataques aéreos contra Inglaterra y las rutas de los submarinos y navíos alemanes.
Otra de sus contribuciones a la defensa del bloque aliado consistió en diseñar un sistema de cifrado para las conversaciones telefónicas entre Roosevelt y Churchill, razón por la cual empezó a viajar habitualmente a los Estados Unidos.
Finalizada la contienda mundial, por motivos de seguridad militar Winston Churchill ordenó destruir todas las máquinas Colossus y quemar los planos con los que fueron diseñados sus circuitos. El éxito de Bletchley Park con esta máquina no fue conocido hasta 1976, cuando la Ley sobre Secretos Oficiales permitió hacerlo público. Por esa razón, durante años, se pensó que el primer ordenador electrónico de la historia lo había creado Estados Unidos en 1946 con ENIAC. Hoy, tras una revisión de la historia, Colossus, construido en 1944, ocupa ese primer lugar de honor, siendo pues un invento británico.
Relacionó materias tan diferentes aparentemente como la biología, la economía, la sociología o la física, y encadenó sus elementos comunes utilizando como lenguaje las matemáticas y como herramienta los ordenadores, con el fin de unificar problemas en apariencia distantes.
Entre sus excentricidades siendo profesor se cuenta que acostumbraba a ir corriendo desde Bletchley hasta Londres, unos 64 kilómetros, para participar en reuniones de trabajo.
En 1951 fue nombrado miembro de la Royal Society, una de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo.
A comienzos de 1952, Alan Turing fue detenido y llevado a juicio, acusado de mantener relaciones homosexuales con un joven de diecinueve años, cuando ello era ilegal en el Reino Unido. El científico fue condenado a un tratamiento con hormonas para anularle la libido. Las inyecciones de estrógenos (castración química) eran una condena más digna que la prisión, pero sus efectos fueron desastrosos para él. Cayó en una profunda depresión y el 8 de junio de 1954 su asistenta lo encontró muerto tras haber ingerido una manzana envenenada con cianuro potásico. Su madre negó el suicidio explicando que se trataba de un accidente dada su afición por la química.
Hay quienes han llegado a insinuar que la manzana y la bandera multicolor que representa hoy la homosexualidad, pudieron inspirar el logotipo de Apple. Hoy sabemos que no fue así, el propio Steve Jobs lo desmintió y explicó el verdadero origen del logotipo.
En 1999, la revista Time seleccionó a Alan Turing como una de las veinte personas más influyentes del siglo XX. El premio Turing, es un galardón equivalente al Premio Nobel de la Informática.
En 2009, Gordon Brown, primer ministro británico, reconoció y pidió perdón oficial al considerar que el caso de Alan Turing fue tratado de forma injusta. Sin embargo, en febrero de 2012, una petición similar que contaba con 23.000 firmas fue rechazada por la Cámara de los Lores.
Por el 100º aniversario de su nacimiento, 2012 fue elegido "Año Conmemorativo de Alan Turing".
El pasado 24 de diciembre de 2013, la reina Isabel II de Inglaterra promulgó el edicto por el que exoneró oficialmente al matemático, quedando anulados todos los cargos en su contra, 60 años después de su muerte.
Fuentes:
Bibliografía:
"Del primer ordenador a la Inteligencia Artificial" Rafael Lahoz-Beltra, profesor de matemática aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.
"Los grandes matemáticos" Eric Temple Bell
"Pensando en máquinas que piensan" Rafael Lahoz-Beltra
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