Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

7 de febrero de 2014

Sin miedo

Por Irene Serrano  

"Nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión" 
Georg W. Friedrich Hegel  

Los partidos políticos más consolidados, según dicen los sociólogos, se componen de una cúpula dirigente formada por personas consideradas como las únicas portadoras del saber, capaces  sólo ellas de elaborar la estrategia a seguir; un escaso número de afiliados desinteresados, que son también los primeros en abandonar la formación cuando se sienten traicionados en el tratamiento de las ideas; y un gran número de militantes dóciles, sumisos, normalmente acríticos y sin una personalidad destacable.

Quiénes componen, sin embargo, un partido en formación como Sociedad Civil y Democracia, con poco más de un año de vida y cuyos objetivos se centran en conseguir una sociedad civil poderosa y diversa, organizada y que exija a los responsables políticos que realicen más "política", entendida ésta en el sentido más positivo, como algo necesario, y que no es otra cosa que el arte de hacer posible lo difícil, incluso lo imposible.

Un partido como SCD se integra, según mi parecer, de un gran número de idealistas,  el núcleo más cuantioso, unos pocos militantes dóciles y algunos oportunistas. Estos últimos desaparecen en cuanto el nuevo partido consigue su primer descalabro. Y soy de la idea de que no llegará a nada si no es capaz de obtener algunos sonoros fracasos que permitan ir consiguiendo la madurez necesaria y desprendiéndose de todo lo que sobra y de las personas que sólo quieren obtener ventajas personales.

Por eso merece la pena seguir adelante, con los idealistas, con los que están de forma desinteresada, con los utópicos, con quienes no le tienen miedo a nada ni a nadie, con los que se entusiasman por las ideas que defiende este partido, tan necesarias hoy. Sólo éstas serán capaces de transformar la situación actual aunque sea lentamente y me gustaría tener el honor de formar parte de este escaso pero apasionado grupo de personas.

El día que me convierta en una persona conformista, que ante las afrentas agache la cabeza, claudique frente a la adversidad, el día que me acomode y acepte la corrupción y la injusticia que nos rodea como algo inevitable, ese día, habré perdido lo mejor, la ilusión y la pasión, y no merecerá la pena vivir.


"Sin miedo" -  Rosana


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