Coraje

Por Irene Serrano  

Me recomienda un buen amigo que sea más optimista en lo que escribo, que no conviene fijar tanta atención en las malas noticias, que basta ya con la dosis diaria que recibimos a través de las portadas de los diarios. Para muestra, sólo hay que leer las de hoy: "Putin pone en estado de alerta a las tropas del centro y oeste de Rusia"; "la hambruna y la desesperación campan a sus anchas en Yarmuk"; "Bárcenas defraudó 11,5 millones de euros entre 2001 y 2011"; la banca "debe a las comunidades de vecinos 342 millones de euros". Y no sigo, ¡para qué alargar esta agonía!.

Siguiendo este consejo busco algo positivo, pero que no resulte pueril, para esto ya tenemos la conclusión que ciertos medios deducen del debate anual sobre el estado de la nación y que ha dado titulares como: "Rajoy da por acabada la crisis", como si fuera el último acto de una representación teatral y ahora tocara aplaudir.

Como esta tarde andaba extraviada la inspiración he abierto nuestro blog, y ahí estaba, esperando, la vida vivida por una mujer extraordinaria, fallecida el pasado domingo a la edad de 110 años, Alice Herz-Sommer. Esta pianista, cuyo talento musical le salvó de ser sacrificada junto a otras personas de origen judío, en el campo de concentración de Terezin, recordaba la cita de Friedrich Nietzsche: "Sin música, la vida sería un error".

Alguien se ha parado a pensar lo que sería un mundo sin relatos ni poemas, sin música, danza o sin cine, sin el arte en sus múltiples manifestaciones. Un mundo sin el componente creativo, que nos permita en ocasiones evadirnos de la realidad, sería inimaginable, insoportable; o lo que es peor, sería como una muerte prematura en vida. Eso sí que sería un verdadero infierno.

La tarea del arte es hacer soportable la realidad más cruel, crearnos a través de una historia un lugar encantado y mágico donde refugiarnos, donde recrear un mundo alternativo a la medida de nuestros deseos. Pero hay otro desafío creativo que tenemos que encontrar nosotros en las necesidades cotidianas, en nuestro trabajo diario, en la rutina, en convertir lo que hacemos en algo que pueda ser útil a los demás.

La importancia de las cosas no es la que éstas tengan en sí, sino la que cada uno sea capaz de aportarles con imaginación e ingenio, como ocurre en todas las manifestaciones artísticas. ¡He aquí el verdadero reto y nos lo enseña esta mujer sin darse ninguna importancia!

Crearse un universo a la medida de nuestras necesidades con una mirada nueva puede aplicarse a todos los órdenes de la vida. Alguien me dijo una frase demoledora, a la que di más importancia de la que debía; me dijo que como profesional ya estaba amortizada, o lo que es lo mismo, que ya no servía para ejercer mi profesión de la manera en que es entendida por una mayoría.

He pensado muchas veces en ello, y no creo que sea cierto en absoluto, simplemente mi trabajo no se ajusta a los nuevos baremos aceptados por la mayoría del sector dedicado a la actividad constructiva e inmobiliaria. Y he ahí el verdadero valor de lo que hago, sigo entusiasmándome con cada nuevo trabajo, por ínfimo que sea, siempre encuentro algo de especial trascendencia que me hace creer que es uno de los mejores encargos.

Sólo nosotros somos quienes determinamos la importancia de lo que hacemos. Con esta forma de ver las cosas, hasta el proyecto más nimio e insignificante puede llegar a ser el de mayor utilidad. Nosotros, la "gente" normal sólo estaremos descatalogados el día que aceptemos la podredumbre que nos rodea como algo inevitable. El desafío está en abordar nuestra vida con imaginación, coraje y entusiasmo.

Young and beautiful - Lana del Rey

De la banda sonora de The Great Gatsby (Music from Baz Luhrmann's Film)