Por Daniel Movilla
Creo que una de las cosas mas normales que pueden sucederle al ser humano, es equivocarse y una de las cosas mas nobles que puede hacer ese ser humano,es, cuando algo así sucede, pedir perdón por ello y con sinceridad.
Aun recuerdo con absoluta nitidez la mañana de aquel día. Nadie sabía realmente que iba a pasar. Habíamos alquilado con mucha antelación el auditorio del Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana en Madrid, para celebrar el acto de fundación de Sociedad Civil y Democracia.
Es cierto que habíamos recibido muchísimas confirmaciones de asistencia y que estábamos relativamente tranquilos en cuanto a asistencia, pero todos sabíamos que a la hora de la verdad, plantearse un viaje desde Canarias, Cádiz, Barcelona o La Coruña, hasta Madrid, es complicado y costoso y que eso podía disminuir considerablemente la afluencia. Además, aunque llegase mucha gente, aquello podía ser un acto mas, un encuentro mas, unos discursos mas y otra vez de vuelta a casa.
Yo no puedo explicar con objetividad lo que pasó allí. Desde las ocho de la mañana y de forma ininterrumpida, fue llegando gente y mas gente al Palacio de Congresos. Una detrás de otra, las personas se acreditaban en las mesas del vestíbulo, y así hasta abarrotar un aforo de mas de dos mil quinientas personas.
Ya se que la gente que me lea y no haya estado allí, me podrá tachar de exagerado, interesado, tendencioso o incluso, mentiroso. Pero todas y cada una de las personas que asistieron a la puesta de largo de SCD ese 6 de octubre, las dos mil quinientas, podrán corroborar mis palabras y afirmar que allí había ilusión, magia, esperanza y ganas reales de que por una vez, la sociedad civil, los ciudadanos españoles, alzásemos la voz y plantásemos cara al monopolio que los políticos ostentan sobre todas las decisiones que nos afectan.
Estábamos organizados por primera vez y se notaba que todas aquellas personas volvían a sus casas con ganas de contar lo que les había pasado, y de pedirle a la gente de su entorno que escuchase lo que contábamos, que nos apoyase, porque aquello podía ser real al fin.
Pero cometimos ese mismo día un error muy grande. El error de los principiantes. Habíamos entrado en la partida de un juego profesional con las únicas armas de la ilusión y el esfuerzo. Y ni cortos ni perezosos, sin dinero, sin estructura y sin equipo, decidimos presentarnos a las elecciones gallegas que se celebraban quince días después.
Desde temerarios, locos o ingenuos, o imbéciles, pueden ustedes llamarnos de todo, porque además, decidimos presentar nuestras candidaturas en las cuatro provincias gallegas.
Y claro, pagamos nuestro error. Pero no solo el error doble de presentarnos con quince días de antelación y en las cuatro circunscripciones, sino el error garrafal de no tener en cuenta que podíamos romper, desde el inicio, la ilusión de esas dos mil quinientas personas que querían ver crecer nuestro movimiento de una forma sólida, sin precipitaciones, formando equipos de ciudadanos poco a poco y en todos los rincones de España.
No voy entrar en la bajeza y suciedad que envolvió la campaña gallega contra nuestro candidato, pues sabíamos que los partidos políticos utilizarían todas sus armas contra el "nuevo enemigo" a batir, pero el caso es que las elecciones gallegas nos bajaron a la realidad de un sistema blindado y que utiliza todas sus armas, sean las que sean, para que nadie altere su "montaje democrático".
Los seres humanos somos así. Nos crecemos ante las ideas nuevas, atractivas, creíbles, pero nos venimos abajo ante el primer fracaso y aquel error inicial, nos precipitó hacia una especie de desanimo general, a que mucho pensaran "es imposible" al constatar que las dificultades serían casi insalvables y que no iban a permitir que unos advenedizos "anti este sistema", cambiasen las reglas de juego establecidas.
Hoy, unos cuantos meses después de aquel seis de octubre y de las elecciones gallegas, los simpatizantes y los militantes de SCD, se mueven entre la incertidumbre y el desanimo por ese primer tropezón y la decisión posterior de nuestro Presidente, Mario Conde, de dar entrada a nuevas caras y nuevos compromisos.
La irrupción en el panorama político español de otras iniciativas políticas, algunas ciertamente mas novedosas que otras, parece haber empujado a algunos de nuestro militantes y seguidores, a dar un paso atrás e incorporarse a estas nuevas formaciones.
Absoluto respeto a sus decisiones, como debe ser, pero también el pleno convencimiento de que nuestras ideas, nuestro compromiso con la sociedad civil siguen vivos en el corazón y en el animo de muchos de aquellos miles de personas que nos acompañaron el día 6 de Octubre de 2012.
A todos ellos, con el perdón por delante por haberles fallado, pido de nuevo un voto de confianza para poder recuperar aquel espíritu y retomar desde la serenidad, la reflexión y el trabajo, la ilusión que esos momentos nos unió.
No fue un error, 16.000 votos a un partido desconocido y a D. Mario Conde NO SON UN ERROR
ResponderEliminarEs el principio de un Camino.
Nadie nos prometió que fuera fácil, tampoco nos dijeron que hubiera tantos cantos para tropezar... Pero tropezamos, nos levantamos y continuamos, con el corazón y la conciencia limpios, con ilusión y ganas de trabajar y recobrando la confianza en el ser humano que nunca debimos perder.
Danie, lo importante es como has apuntado "el pleno convencimiento de que ...nuestro compromiso con la sociedad civil siguen vivos en el corazón y en el animo de muchos de aquellos miles de personas que os acompañaron", y no me cabe ninguna duda de que os acompañan en el presente.
ResponderEliminarTal vez ese "montaje democrático" al que aludes solo sea posible desestabilizarlo moviendo las arenas donde han puesto sus cimientos. Me refiero a trabajar desde la Sociedad Civil, y en ello SCD tiene mucho camino y trabajo por delante.Por cierto, las "arenas" donde se ha cimentado el "montaje democrático" no contienen a la "Sociedad Civil" participativa y proactiva.
Tampoco debe ser fácil la participación de la "Sociedad Civil", implicará aprendizajes, formación y respeto.
Muy de acuerdo con lo descrito por el amigo y comilitante Daniel. Sabíamos que el camino era muy difícil y lleno de trampas, pero tomamos la firme decisión de seguirlo, y ahí estamos. Sin menospreciar a scd, cuando aparecen en escena otros partidos afines, considero que seria saludable, conveniente y práctico, unir voluntades, ya saben, la unión hace la fuerza.
ResponderEliminarEn estos momentos, más que nunca, necesitamos de las sinergias, sentarnos alrededor de una mesa y establecer pactos. Dispersos, favorecemos a lo que hay, unidos tendremos más posibilidades de conseguir nuestros objetivos, que es el cambio y la mejora de una nación que se encuentra secuestrada por una democracia disfrazada y con un maquillaje perverso, falso y bipartidista. Merece la pena meditarlo.
¿Fue un error porque no se consiguió un escaño?
ResponderEliminarDespués de leer el razonamiento de Daniel no me atrevo a decir que no fue un error pero si digo que en iguales circunstancias habríamos hecho lo mismo. Así se hace la vida.
En cualquier caso a mi no me pidas perdón. A mi no me has fallado. Al contrario, has iniciado el camino como dice Lucia.
Aunque sea dificil que lo entiendan muchos, obtener 16.000 votos en 15 días, bajo mi criterio, no ha sido un error, son 16.000 personas creyendo en un proyecto firme, honesto y bueno para la sociedad. Trabajemos para que esas 16.000 se multipliquen por 1.000, pero con lealtad y con vocación de servicio, sin querencias para uno mismo.
EliminarBuen día Zaqueo y tos@s
Muchos ánimos. Para mí el único error fue dejar el partido en manos de personas incompetentes. Un abrazo y seguís contando con mi apoyo y mi voto.
ResponderEliminarCreo que el error principal, ha sido la marcha de Mario sin estar montada una estructura de partido a nivel nacional (cada uno tiene sus motivos personales y no son discutibles, Mario también). Con la llegada de María, trabajadora incansable, se ha intentado montar esa estructura en todo el territorio español y se ha hecho mucho trabajo y se ha avanzado bastante, (lo puedo corroborar porque pertenezco a esa estructura) pero la falta de una cabeza visible, mediática ha hecho que ese trabajo no se viese por los simpatizantes y muchos hayan decidido marchar a otros partidos, algunos parecidos en el espectro político pero con cabezas mas visibles, mas mediáticas.
ResponderEliminarsaludos, ese error lo cometimos 45.000.000 millones de españoles en creer en la constitución española, y no se cumple desde que se creo han pasado 3 presidentes con el presente, se han enriquecido ellos y sus compañeros de viaje, pero los ciudadanos hemos sido tratados como marionetas, el cambio completo debe partir de el total de componentes del "chiringuito llamado congreso" y la ridícula constitución.
ResponderEliminarDe ilusiones,se vive.Del esfuerzo,se logran.De los errores,se aprende.
ResponderEliminarFuí uno,de los presentes,en aquel 6 de octubre.No me arrepiento.Es más,fué un día feliz.
El hecho de presentarse a las elecciones gallegas,en un período tan corto de tiempo,fué una experiencia.Ya sabemos como actuan los Partidos consolidados y que utilizan todas las armas de destrucción,para denostar a quien pueda pisarles su parcela.
Desearía,que el espíritu e ilusión de ese 6 de octubre,se mantuviera vivo en la mente,de los que desde un principio,nos apuntamos a un proyecto ilusionante.¿Será factible?.Lo desconozco.
A mí tampoco me pareció un error que SCD se presentara a las elecciones gallegas y conseguir 16.000 votos en 15 días no resulta nada fácil. Si queremos verlo como un fracaso yo lo haría en sentido positivo, los fracasos permiten avanzar, conseguir la madurez necesaria y desprenderse de lo que sobra y de las personas que sólo buscan ventajas personales.
ResponderEliminar¡Merece la pena seguir adelante! Y me parece un honor formar parte de este apasionado grupo de personas que quieren continuar.
El 6 de octubre volverá........¡objetivo 2015!. Mejor "pocos y unidos"........
ResponderEliminarque muchos......
La cizaña, gramínea espontánea o cualquier cosa que hace daño a otra, echándola a perder...... Paciencia, esperemos a la "siega" para escoger la mies. Almf.
Daniel,no puedo aceptar tu perdón,por no haber cometido algo que lo justifique ó al menos que yo sepa.Es muy claro,que el que nada hace,jamás puede equivocarse.¿Una equivocación,si la hubo,merece un pedido de perdón?.Desde mi punto de vista,de la vida,NO.A lo sumo,lo que todos debemos hacer,es aprender de esas equivocaciones y reitero,si las hubo.
ResponderEliminarEsencial,es elegir las personas adecuadas,para llevar adelante un proyecto,dejando a un lado,amiguismos y/o compromisos.Un proyecto,no busca el amiguismo,busca la eficacia.Tampoco busca el compromiso,busca la capacidad.Sin estas cualidades:eficacia y capacidad,para dirigirlo,en todos los rangos,jamás cuajará,en exitoso.
Daniel,
ResponderEliminarPresentarse a las gallegas no fue un error: fue un acto desesperado de conseguir el qforamiento de Mario.
A la sociedad civil no se la representa con un montón de tránsfugas mediocres cono designasteis el mismo día del congreso.
Yo entré ilusionado en el Congreso y salí decepcionado cuando, como parte ya de la casta, los nombrados por Mario miembros de la Junta os encerrasteis en una salita sin despedir a quienes acudims ilusionado