Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

25 de febrero de 2014

En el vértice del precipicio

Por Isaac Mesa  

La riqueza mundial está dividida en dos. Casi la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra mitad se reparte entre el 99 % restante.

Europa dentro de esta tendencia observa paralizada como la clase media esta en vías de extinción con un empobrecimiento brutal en los últimos años y como la clase obrera ve recortado sus salarios y beneficio sociales adquiridos a lo largo de muchos años de lucha.

En España la perdida de poder adquisitivo de las familias se hace evidente, las privatizaciones atacan directamente al corazón del estado del bienestar que entre todos hemos construido y mantenido, mientras tenemos que soportar, con resignación estoica, como el político de turno que privatizó tal o cual empresa, pasa a formar parte de su cuerpo directivo una vez que deja el negocio de la política.

Los impuestos y los recortes cada vez se sienten más en el bolsillo de aquellos que aun tienen capacidad de soportarlos y que cada vez son menos, por que ya muchos están comiendo en los comedores sociales y durmiendo en albergues.

Una clase media, triturada y exprimida, resultado de unas asfixiantes medidas que han llevado a unos diez millones de españoles a situarse bajo el umbral de la pobreza. Si no se quita el pie del acelerador del empobrecimiento al que se esta llevando a la clase media y obrera, la situación en pocos años puede ser desoladora especialmente en los países mediterráneos.

A la clase media y a los obreros les ha dado en su línea de flotación, con un torpedo del que difícilmente se repondrá pues el endeudamiento al que se le ha llevado por parte del estado para salvar a los golpistas, apoyados por políticos de baja talla moral y pocos dedos de luces es brutal. 

Los que conservan su empleo ven como su salario con suerte se congela o no deja de bajar incentivado por presiones irresponsables del FMI que parece querer convertir a los países del sur de Europa en un pequeña China. Seis de cada diez cobran menos de 1.000 euros y la diferencia entre lo que cobra un jefe y un empleado ha crecido en 38 puntos. Nada parece que vaya a mejorar, lo que alimenta la desilusión, la desesperanza y la rabia. 

Otro golpe mortal a los ciudadanos en España fue la gestión que se hizo de las Cajas de Ahorros de las que los políticos de las respectivas Comunidades Autónomas donde se asentaban, hicieron su cortijo particular, ante la dejadez y miopía extrema de los reguladores, que después de mirar para otro lado se limitaron a unir a las cajas saneadas con las que tenían un enorme agujero negro, tal vez con el objetivo final de eliminarlas.

En el circo mediático, en el que se ha convertido la democracia española, todo es posible. Con una corrupción galopante instaurada desde hace décadas, los escándalos de corrupción hoy afloran a la luz en forma de tsunami y se suceden un día tras otro. Durante años toda la basura y toda la podredumbre estuvo a la vista de todos y todos convivieron con ella en el silencio más absoluto.

Recientemente leo en los periódicos que España ha pasado en seis meses de ser el patito feo al más guapo del baile. Deben referirse a la economía especulativa a esta macroeconomía de monopoli que a través de los mercados juega a ser Dios, porque yo tengo la extraña sensación de que como dice Eduardo Galeano, nos mean encima y dicen que llueve.

Hace tiempo que me ronda en la cabeza una pregunta ¿Lo que esta sucediendo en España y en Europa es un golpe financiero ejecutado con premeditación y alevosía por el sistema financiero internacional apoyado por las grandes multinacionales?

En Sudamérica y en África saben muy bien como funciona un golpe financiero ejecutado por el sistema financiero internacional que corrompe a sus políticos y que si esto no funciona, manda de apoyo al complejo industrial militar a democratizar la zona, arrasando todo lo que haya que arrasar, saqueando los recursos naturales de los pueblos y dejando en la miseria a aquellos que sobreviven.

Cuando los españoles, los portugueses, los italianos o los griegos… digan basta, ¿mandarán al complejo industrial militar a democratizar la zona? o ¿crearán un conflicto internacional antes? En Ucrania quizás esté la respuesta.

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