Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

23 de mayo de 2014

La Reina secreta

Cuando en 1697 Charles Perrault publicó La Cenicienta, muchos franceses debieron de pensar que el cuento llegaba con un poco de retraso con respecto a la realidad.

¿Podía haber algo más extraordinario que la peripecia de François d'Aubigné, que, nacida en la cárcel, crecida en la pobreza y viuda de un escritor paralítico, fue acogida con los brazos abiertos por el gran mundo parisiense y luego, tras haber asumido el título de Marquesa de Maintenon, había logrado también conquistar el corazón del rey, convirtiéndose finalmente en su esposa secreta?

Nació pobre y murió reina pero a los ojos del mundo, nunca lo fue.

François d'Aibogne nació el 24 de noviembre de 1635 en la cárcel de Niort, donde su padre, hijo degenerado del gran escritor hugonote Agrippa d'Aubigne y que ya con anterioridad había tropezado con los rigores de la ley por asesino, falsario y deudor insolvente, se hallaba cumpliendo condena por haber conspirado contra el cardenal Richelieu; su esposa había solicitado compartir su encarcelamiento.

A los tres años, la niña fue confiada a su tía paterna, Louise-Arthémise d'Aubigné, que vivía con su marido Benjamín de Villette. A pesar de las estrecheces económicas, los Villette acogieron a su sobrina con los brazos abiertos. En esta familia austera y afectuosa, Françoise pasó una infancia feliz.

Por desgracia, cuando tenía ocho años su padre la reclamó para arrastrarla, junto con sus otros dos hijos, a una insensata expedición al otro lado del Atlántico, donde había decidido hacer fortuna. Pero sólo encontró la muerte, dejando a toda su familia, que había vuelto a Francia, en la más absoluta de las miserias.

Françoise fue acogida por distintos familiares a lo largo de su infancia. Entre ellos, la madre de su madrina, Madame de Neuillant, que la introdujo en el fascinante y elegante mundo de la alta sociedad y le buscó marido, un protegido suyo. El esposo escogido no era la mejor elección para una joven como Françoise pero la alternativa del convento le hicieron aceptar a un hombre 25 años mayor que ella, tullido y con una riqueza más bien escasa.

Su esposo, el poeta Paul Scarron no era el marido deseado para Françoise ni para nadie, pero la inteligente joven supo sacarle partido a esta relación. En el salón literario que había creado Scarron, Françoise conoció a personalidades de las letras y las artes del París de mediados del siglo XVII; aprendió a relacionarse con damas de la alta sociedad y tejió una tupida red de contactos que la llevarían directamente a Versalles. Entre ellos, la amante oficial del Rey Sol, Athenaïs de Montespan, al que le había dado hasta siete hijos, que ofreció a Françoise la posibilidad de ser su institutriz.

Monsieur Scarron había muerto dejando a la joven viuda una gran cultura, una situación económica más que precaria y el nombre de "viuda Scarron". La perspectiva de vivir en la corte del monarca más espléndido de la época era algo que no podía eludir. Esto le brindaba una excelente ocasión para conocer al Rey en persona cuando éste visitara a sus hijos. 

En su papel como institutriz, Françoise conoció una maternidad que nunca experimentaría en primera persona pero cuidó a los hijos del rey como si fueran suyos. Luis XIV visitaba con frecuencia a sus vástagos; ahí fue donde conoció a la viuda de Scarron. Mientras crecía el interés por la cuidadora de sus hijos disminuía el afecto hacia Athenaïs de Montespan.

En 1675 Luis XIV llegó a donarle una suma importante de dinero para que ésta pudiera comprar unas tierras de las que tomar el nombre. Ella eligió la propiedad de Maintenon, y el rey la proclamó Madame de Maintenon, borrando de esta manera completamente el nombre del viejo poeta Scarron.

En 1680, recibe el cargo de "camarera" de la Delfina. Hábil y aguda estratega, más tarde aprovechará la desgracia de la Marquesa de Montespan y la muerte de la Reina María Teresa de Austria para casarse en secreto con el Rey en 1683. 

El matrimonio morganático* entre el Rey y Françoise no fue un acontecimiento público. Los consejeros y confesores del monarca decidieron que lo más conveniente era una unión secreta, sin obligaciones públicas, un matrimonio "de conciencia". Así fue como la nueva reina de Francia no fue ni la amante oficial ni la esposa pública del rey. Vivió lo que le quedó de vida al lado del Rey y viéndose acosada y acusada por el resto de la corte de Versalles.

Madame de Maintenon gozaba de una gran influencia en Luis XIV que la visita diariamente en su nuevo aposento orientado al Patio Real del Palacio. No obstante, resulta difícil evaluar qué papel jugó ésta en las decisiones políticas del soberano.

Se dijo que esta influencia fue la causa de la revocación del Edicto de Nantes en 1685, el cual, provocando el éxodo masivo de los protestantes y su capital, tuvo por efecto la ruina de las finanzas y la economía francesas y el desencadenamiento de la Guerra de Sucesión Española en 1701.

A pesar de haber sido acusada de ser la causa de todos los males, y de haber sin duda impuesto a la corte un clima de devoción y rigor, los historiadores todavía se preguntan acerca de su verdadero papel y del peso de su influencia sobre el rey.

Sin duda alguna, Madame de Maintenon puso orden en la Corte de Versalles que, por su parte, no le demostró demasiado aprecio. Para la mayoría de los cortesanos, ella seguía siendo la mujer de la sombra. 

Unos días antes de la muerte de Luis XIV en 1715, Madame de Maintenon se retiró a Saint-Cyr donde viviría los últimos cuatro años de su vida. Pensado quizás en su propia experiencia, Françoise sabía que las mujeres, si además de ser mujeres, eran pobres e incultas, tenían poco porvenir en la sociedad que les había tocado vivir. Es por esto por lo que creó la escuela femenina de Saint-Cyr en 1686 y se dedicó en cuerpo y alma a sus alumnas. Dirigiendo personalmente el proyecto educativo y escogiendo ella misma a las profesoras, Madame de Maintenon se implicó en la educación y formación de las jóvenes que acudieron a su institución.

Durante los últimos 30 años de su vida, Madame de Maintenon se consagró a la institución que había creado y a la salvación de las almas, especialmente la del rey.

Madame de Maintenon murió el 15 de abril de 1719 y fue enterrada en la iglesia de Saint-Cyr, su último hogar. Al terminar el siglo, llegó la Revolución y Saint-Cyr desapareció como escuela femenina.

Los revolucionarios, que habían profanado los cuerpos de la familia real en Saint-Denis, no se quedaron quietos ante los restos de Madame de Maintenon. Al fin y al cabo, para los más radicales sans-culottes, había sido esposa de uno de los más grandes tiranos de Francia. 

Después de vapulear el cuerpo de Madame de Maintenon, lo dejaron abandonado en el patio de Saint-Cyr donde alguien se apiadó de ellos y los guardó en un cajón.

La demolición definitiva de la estructura del edificio de Saint-Cyr, ciento cincuenta años más tarde hizo salir a la luz dicho cajón. En esa ocasión se decidió que Madame de Maintenon debía descansar definitivamente en la capilla del Palacio de Versalles.

Ya muy mayor, dictó ella misma un brillante epitafio de su vida, a modo de estandarte triunfal sobre los chismes y la envidia ajenos:
"A lo largo de la experiencia que he acumulado - ya he superado las 80 primaveras - he podido comprobar que la verdad existe sólo en Dios, y el resto es sólo una cuestión de puntos de vista"



Enlaces:
La esposa secreta de Luis XIV (1635-1719)
La reina secreta: Madame de Maintenon


Bibliografía:
Amantes y reinas: El poder de las mujeres - Benedetta Craveri


* El matrimonio morganático se da entre personas de diferente estatus social - una noble y la otra no - cada uno de ellos mantiene su estatus originario en la sociedad y los niños nacidos de este tipo de matrimonio no son bastardos, pero tampoco legítimos.


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