Un lugar llamado Gamonal

Por Irene Serrano  

"Una parte de la gente es el lugar donde vive" (Las uvas de la ira, John Steinbeck).

Me llenan de esperanza y confianza los acontecimientos protagonizados por gran número de vecinos de un barrio de Burgos. Personas tranquilas que nunca habían mostrado actitudes violentas se han convertido en gente enfurecida contra lo que todos hemos entendido como un abuso de poder por parte de las autoridades y alguno de los grupos empresariales y mediáticos que han hecho de esta tranquila ciudad una especie de monopoly a lo largo de los últimos veinte años.

La prensa decía en algún titular que un "simple aparcamiento" había sublevado a los vecinos, a lo que es necesario añadir que nada es simple cuando se trata del lugar en el que las personas habitan, y nadie mejor que ellas sabe cuáles son sus necesidades y lo que más interesa a un barrio. Las políticas urbanísticas afectan notablemente a la vida de los ciudadanos, pero éstos no acostumbran a mostrar resistencia dada la complejidad de sus efectos, el complejo lenguaje utilizado y la escasa labor didáctica tan necesaria en esta disciplina.

Decisiones tomadas por los gobernantes de la ciudad, en demasiadas ocasiones en connivencia con grupos de poder, imponen muchas veces actuaciones que perjudican seriamente a la gente sin el oportuno, necesario y exigido debate, sin escuchar su opinión, y sin atender a sus necesidades esenciales en los espacios que configuran el escenario de su vida diaria. Esto no se puede admitir en un país que dice ser democrático y, menos aún, cuando la zona afectada es el espacio público, el de todos; quitándoles el sitio para estacionar y, más tarde forzándoles a pagar en un aparcamiento nuevo.

No en vano el reglamento de urbanismo vigente ordena en su artículo 8 que "la actividad urbanística se desarrolle conforme a las necesidades y aspiraciones de la sociedad de Castilla y León fomentando a tal efecto la más amplia participación social, en especial durante la elaboración y aprobación de los instrumentos de planeamiento y gestión urbanística…" y esta obra de urbanización, que ha tenido que ser paralizada a la fuerza, es el resultado de un proceso de gestión urbanística. La ciudad sólo puede ser obra de sus habitantes, es el espacio que se va haciendo como un proyecto común, no se pueden imponer soluciones en ningún caso.

Los vecinos de Gamonal han sabido transformar su "yo" personal y convertirlo en un "nosotros" colectivo; han entendido el mensaje de que juntos podemos. La cooperación espontánea con ayuda de las redes sociales, en una situación de desesperación como la que estamos viviendo, hará comprender a quienes nos gobiernan que sin nosotros, sin "la gente", este país no puede salir adelante, que no se puede dirigir una ciudad en contra de sus vecinos, que "nosotros" contamos.

Este mensaje ya lo escribió el Premio Nobel de Literatura John Steinbeck hace 75 años en "Las uvas de la ira", novela que refleja una realidad que bien pudiera ser la actual:

"- Tranquilo – dijo ella -. Debes tener paciencia. Mira, Tom…, nosotros, nuestra gente, seguirá viviendo cuando estos otros hayan desaparecido. Escucha, Tom, nosotros somos la gente que vive. No nos pueden borrar del mapa. Nosotros somos la gente, nosotros seguiremos adelante. Esto es justo lo que nos hace fuertes…"

El protagonista de esta novela inspiró a Bruce Springsteen el tema que podemos escuchar, mientras tanto: "The ghost of Tom Joad".