Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

31 de enero de 2014

Resistencia

"… nosotros somos los países auténticos, no las fronteras trazadas en los mapas, con los nombres de hombres poderosos,… sólo eso he deseado, una tierra sin mapas" (El paciente inglés, Anthony Minghella)

Hace unos días volví a ver esta película y, como conozco bien el argumento, me dejé llevar por la fotografía, la música y los sonidos del desierto, sus diálogos y, sobre todo, sus monólogos, como si estuviera escuchando a un cuarteto de cuerda interpretando música barroca. Sin pensar en nada más, disfrutando sólo de tanta belleza.

Una parte de la historia discurre durante la II Guerra Mundial. En un monasterio italiano abandonado coinciden cuatro personajes de vidas azarosas: el conde húngaro Laszlo Almásy (Ralph Fiennes) gravemente herido; Hana (Juliette Binoche), la enfermera que le cuida; un antiguo espía canadiense torturado, interpretado por Willem Dafoe;  y Kip, un artificiero indio de origen sij perteneciente al ejército británico.  Pero no es de esta película de lo que hoy quiero hablar.

En esa contienda, cada país tenía claro quiénes eran sus enemigos. La Resistencia francesa se defendió de forma heroica de la invasión del ejército nazi. Los británicos se enfrentaron a los italianos y alemanes en el norte de África. El ejército aliado conocía bien cuáles eran sus objetivos. Todos sabían contra quién y por qué luchaban.

En 2014, setenta años después, nos tenemos que defender por el frente y la retaguardia, por los flancos, cada día, sin descanso. Nuestro enemigo está en todas partes y, por ello a veces, resulta difícil de identificar. Además actúa con una violencia extrema. Nunca sabemos bien cómo vamos a ser agredidos, si por decreto o a través del BOE,  o si nos cambian las condiciones de trabajo con una nueva reforma laboral, o si el consejo de ministros se reúne una vez más para aprobar nuevos recortes en los presupuestos de sanidad o educación.  Estas decisiones las toman de forma indirecta unas élites económicas y financieras desde Bruselas o Davos, convirtiendo en papel mojado los programas electorales que votamos cada cuatro años. Cada vez somos más las personas que sentimos incertidumbre cuando pensamos en el futuro y en el de los nuestros.

Pero hoy también existe una resistencia, quizá menos organizada, más individual. Son personas sin nombre, héroes anónimos, jueces de provincias que hacen su trabajo sin pensar en la palmadita del poderoso; o quienes en algunos barrios son capaces de movilizar a los vecinos para plantear demandas justas; periodistas y escritores que escriben cada día superando toda suerte de dificultades, que hacen una labor seria de investigación necesaria para transmitir la verdad a la opinión pública. Personas que realizan su trabajo con rigor y honestidad; o aquéllos que sufren pero no se rinden, a pesar de tropezar, una y otra vez, con los problemas derivados de esta larga crisis.

Quienes forman esa resistencia no son conocidos, pero son igualmente admirables, y no claudican a pesar de los problemas, el paro y las dificultades económicas. Son el mejor ejemplo de esa fuerza que desde el más absoluto anonimato resulta imprescindible para ofrecer una resistencia adecuada al adversario, a los mediocres, a los que ambicionan poder y anteponen sus intereses personales a los de todos, a la corrupción política, económica y financiera, al despilfarro público, a la bajeza moral y a quienes quieren eliminar toda clase de pensamiento crítico en este país. 
Sin ellas no habría esperanza.


"Desert rose" -  Sting

3 comentarios :

  1. Preciosa canción...
    A por la Resistencia!!!

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  2. La Historia enseña, pero, por lo que se ve en España, muy poco. Estamos repitiendo por sus pasos el final de la época de la Restauración canovista (1874-1931). Lo repetimos todo: la corrupción, las castas, el poder de la banca, la incompetencia política, el clientelismo y otros muchos etcéteras.
    Este Régimen se acaba cada día más deprisa, y a los ciudadanos solo nos queda la ilusión de que podemos cambiar las cosas. Lo dijo Arias Navarro a la muerte de Franco, pero lo han entendido a la perfección los prebostes del actual Sistema: "todo está atado y bien atado". Soy pesimista. Las ataduras solo se rompen con dolor y sangre. No sé en qué acabará esto, pero no pinta bonito precisamente. Besos, Irene.

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    1. Antonio, creo que tanto en la Historia y como en la vida hay muchas repeticiones, por desgracia bastante feas. La situación actual y lo que nos viene no pinta bonito pero ver cómo pasa la vida sin pintar nada, eso no! Lamentarse y no intentar hacer nada es mucho más desesperanzador.
      H-6 Espacio Creativo

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