Por Irene Serrano
Tras el órdago de SACyR y su socio italiano en Panamá las primeras empresas damnificadas son las que aspiran a que les sean adjudicados contratos millonarios en el exterior, ya que en nuestro país desde que se desinfló la burbuja, nada pueden hacer. Renfe, Adif, Talgo, ACS, Elecnor, Indra o Abengoa deberían reclamarle daños a aquella empresa si no llegan a conseguir sus objetivos en Brasil o Rusia. Supongo que por ello la ministra de Fomento y el titular de Exteriores trabajan con una apretada agenda estos últimos días.
Confiemos que al menos el viaje de Ana Pastor a Panamá lo paguen los de Manuel Manrique y que estas gestiones diplomáticas no nos cuesten más dinero a los ciudadanos españoles. No podemos soportar más recortes ni afrentas contra nuestros esquilmados bolsillos.
Lo cierto es que esto no nos ha pillado de sorpresa a quienes nos dedicamos a la ejecución de obra pública y que alguna vez hemos padecido aquí las maneras desaprensivas a las que acostumbra esta empresa del Ibex. La diferencia es que ahora no está tratando con una administración fuertemente politizada como la española, donde el funcionario de carrera independiente que se toma en serio su trabajo de supervisor de obras frecuentemente es apartado a favor de otro empleado público de posición más precaria y, por tanto, más complaciente con los gestores políticos y menos cuidadoso con el dinero del contribuyente.
Fuera de nuestro país parece que las cosas no funcionan de esta manera y hasta SACyR se ve en la obligación de cumplir con el contrato, los pliegos y el proyecto aprobado, y cómo no, con el presupuesto y la baja ofertada. Y claro, ahora no le salen los números. Si en 2009 hubiera estudiado en profundidad y de forma seria el proyecto hubiera visto los problemas que ahora le obligan a paralizar las obras. No en balde el resto de ofertas no sólo no hicieron baja sino que ofertaron por encima del importe de partida.
Lo que ahora reclama para proseguir supone una desviación del presupuesto de más del 50%. Reformados como el que exige a los administradores del Canal no están bien vistos por ahí fuera. Además, aceptar estas demandas puede suponer un agravio a otras empresas que no fueron adjudicatarias del concurso por haber ofertado de forma más realista.
Pero no vayamos a pensar que esto de que las obras públicas no se ajustan a los presupuestos es algo que sólo ocurre en España. En Frankfurt se está construyendo la sede del Banco Central Europeo y de un precio de partida de 850 millones de euros, llevan ya gastados 1.150. Resulta irónico que el organismo que vela por mantener bajo control los presupuestos fiscales de los países de la zona euro tenga una desviación de más del 40%. No es precisamente un ejemplo de esa austeridad que reclama a sus socios europeos.
El nuevo aeropuerto de Berlín es otro proyecto faraónico que le está saliendo carísimo a la administración de Merkel y que tras anunciar cinco veces su apertura, ahora la posponen para 2015 (veremos…). Arrancó con un presupuesto de 2.000 millones de euros y según el diario Bild-Zeitung el importe final se aproximará a los 5.700 (una cantidad superior a lo que costará el Canal de Panamá, aun aceptando lo reclamado por SACyR).
Una curiosidad para terminar: el túnel de Gallardón en Madrid, la M30, ha costado el doble en sus 32 km de lo que costarán los 77 km del Canal de Panamá. Casualmente en la obra participó también SACyR y la desviación sobre el presupuesto inicial fue elevadísima. Estas variaciones son a costa del ciudadano y es algo que en ningún caso deberíamos permitir. Como dice Chris Rea en el tema que hoy enlazamos así vamos "camino del infierno…".
"The road to hell" | Chris Rea
El poder del "ladrillo" es inmenso. Esa nueva casta del ladrillo y del hormigón han contaminado todo: los Partidos políticos, las Administraciones Públicas, los Medios de comunicación, el futbol, y todo lo que sea susceptible de oler a especulación. Se ponen sus bonitos trajes, se rodean de oros y cochazos, y Hala¡ a entrevistarse con los políticos, que no son otra cosa, en su mayor parte que mediocres con ganas de hacer fortuna. Antaño se hablaba de la alianza del trono y el altar. Hoy es el "apaño" del especulador salvaje y del político podrido.
ResponderEliminarBuen trabajo, Irene.
Gracias, Antonio. España tiene buenas constructoras (de hecho están trabajando muchas en el exterior y de forma muy profesional) pero también hay empresas que nacieron al calor de la abundante liquidez y la necesidad de infraestructuras que tenía el país para avanzar. Otras buenas se pervirtieron fruto de la gran cantidad de dinero que manejaba la administración... No sé bien cuál es la solución ahora, si es que la hay, pero la abundancia se ha demostrado nefasta para las buenas prácticas en esta materia. Yo creo que estos malos tiempos pondrán a cada una de las constructoras en el lugar que se merecen.
EliminarHola Irene.
ResponderEliminarEstos temas son complicados como bien sabes y cuando se manejan presupuestos como los que comentas en este artículo lo son aun más.
Como siempre malentendidos complejos y precios contradictorios en número elevado.
Por resumir mi punto de vista decir que normalmente se parte de proyectos aparentemente bien redactados pero con niveles de detalle o definición insuficientes, o errores demasiado gruesos, que abren la puerta a la más común de las tácticas empleadas por la mayoría de las constructoras medianamente grandes que no es otra que la de desglosar la parte bien redactada de lo que no lo es y analizar los beneficios que obtendrán de la primera, según su presupuesto contratado, y de la segunda, cuando presenten los precios contradictorios durante el transcurso de la ejecución. Normalmente la administración contrata la licitación más baja y muchas veces prefiere olvidarse del concepto de baja temeraria, influenciada, la administración, por motivos de abaratamiento de costes o por otros que cualquiera a estas alturas puede imaginar. En el mejor de los casos la obra se adjudica desde el error total del que la contrata, que movido por la ganga no quiere o puede alcanzar a ver lo que el resto de agentes licitadores sí ven, que lo ofertado no es viable, y en el peor, como desgraciadamente suele ocurrir en con frecuencia en nuestro planeta en obras con estos presupuestos, a sabiendas de lo que va a ocurrir pero sin importarle lo más mínimo, ya que obtiene contraprestaciones económicas ilegales, a título personal, que priman sobre sus debilitados valores morales.
Resumiendo el resumen, proyectos deficientes, contratas con tácticas moralmente discutibles o malintencionadas, adjudicadores no cualificados o mal intencionados, prácticas corruptivas de todos los tipos entre los distintos agentes intervinientes, etc.
El problema de nuestra sociedad es la debilidad de la base de valores morales-sociales en los individuos que la forman. Al final si cambiamos a unos de unos puestos y ponemos a otros nos encontraremos con problemas parecidos, pero con distintos apellidos. Destruir el concepto de realización vital del individuo basada en la acumulación de bienes materiales debería ser una de las prioridades de cualquier sociedad que quiera cimentar sólidamente sus mejoras futuras. Estoy de acuerdo contigo en la renovación política, pero el problema es de mayor calado y está muy arraigado en los ciudadanos.
Se requieren muchas dosis de cambio positivo en nuestros entornos inmediatos, nuestros entornos más próximos, el cambio de nosotros mismos, exigiéndonos y exigiendo más valores sociales. Podemos hacerlo.
Gracias por retomar los posts después de las vacaciones, con esfuerzos como el tuyo al escribir tus reflexiones es como se construyen las cimentaciones más solidas.
Feliz Año 2014, un fuerte abrazo.
Enrique Núñez Torres.
Enrique, qué bien has explicado cómo podemos mejorar esto, cada uno en su entorno inmediato, desde su puesto de trabajo, en su familia,... así es. Los que trabajamos en la administración tenemos una responsabilidad mayor según mi parecer, así que manos a la obra... ¡Nunca mejor dicho!
EliminarGracias por tus palabras y feliz año 2014 también para ti.
Por supuesto, me apunto a tu línea, y suscribo la argumentación en su conjunto.
ResponderEliminarNo obstante creo que caben ciertas reflexiones. El fenómeno que como bien dices es transnacional, se debe a la falta de CONTROL (el ejemplo del museo Balenciaga que pasó de 1 millón a 6 millones; el caso de Valencia y el famoso arquitecto, etc).
La diferencia entre dictadura mono/multi-partito y democracia está justamente en CONTROLES PÚBLICOS.
Aquí no hay porque justamente es la basura empresarial la que mueve a los parásitos sociales de la casta política.
Recuerda el caso del director de Scotland Yard , que al salir de un coche mostró accidentalmente los papeles -confidenciales- que iba leyendo Dimitió al día siguiente.
El parásito Rubalcaba pater no putativo del caso Faisán y el actual parásito de Interior responsable de la 'fisura informativa' sobre ETA , me apuesto un café con leche en la "Mayor Square" a que no se van..... ¿Porqué? por falta de CONTROL (o de vergüenza...)
Feliz Año 2014
No sé las razones por las que en este país nadie dimite, pero quizá el ciudadano debería exigirlo con más fuerza cuando se demuestra una mala actuación. Todo depende del número de personas que se rebelen contra las malas prácticas políticas, financieras, empresariales; cuantas más sean las voces críticas, más fácil será.
Eliminar¡Nuestra democracia aún no es muy sólida, en nuestra mano está el que mejore! Feliz 2014, Gabriel.
Irene, cúanto cuentas con tan pocos renglones!!!
ResponderEliminarY cúan extenso es el problema que desde una pequñita ciudad de provincias se extiende hasta cruzar océanos...
Lo que es una pena es que cualquiera de esos reglones en que resumes tanto no sea el titular de la portada de los periódicos de gran tirada...
En fin, algún día cambiará, vamos a creer en ello.
Algún día cambiará, seguro; en nuestra mano está que ese cambio lo veamos... Un saludo y muchas gracias por el comentario.
EliminarEso es lo que hace falta. Que alguien como Irene lo explique claro y que se difunda para que todo el mundo sepa a costa de quien son las practicas de contratación publica en España y porque no las aceptan en otros países.
ResponderEliminarGracias, Zaqueo. Creo que cada uno, en lo que conocemos, tenemos el deber de denunciar las malas prácticas, con objetividad y con el mayor rigor que sea posible, para que todos nos volvamos absolutamente intolerantes con esta forma de actuar que está arruinando al país.
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