Por Daniel Movilla
Hace muchos días que llevo alejado de este blog, no por decisión meditada, sino mas bien porque, a veces, aquello de que primero es la obligación y luego la devoción, deja de ser un dicho popular y se convierte en una realidad rotunda y acaparadora.
Pero hoy he decidido darle una tregua a esa realidad y me gustaría poner sobre las mesa dos pinceladas muy personales sobre las elecciones de ayer en Cataluña.
La primera de ellas es que, bajo mi punto de vista, este es un escenario de no retorno. Cuando un gobierno central tras otro, han permitido que en Cataluña se adoctrine a la juventud en la creencia de que España maltrata a Cataluña, roba a Cataluña y desprecia a Cataluña y ese adoctrinamiento se hace en las escuelas y en las universidades catalanas, se consigue un mantra irreversible en esa juventud, que crece por supuesto, odiando lo que significa España y el resto de españoles.
No nos engañemos por mas tiempo, hoy la juventud catalana es mayoritariamente independentista y mucho tendrán que cambiar las cosas para que ese sentimiento, no digo que disminuya, sino que al menos, no siga creciendo.
Y la segunda pincelada es mas positiva. Creo que en Cataluña este domingo, entre los votantes mas moderados, ha comenzado un proceso de desplazamiento del voto desde el bipartidismo, hacia una nueva opción que se llama Ciudadanos. Y también creo, que ese desplazamiento que comenzó ayer en Cataluña, crecerá exponencialmente y convertirá a la formación de Albert Rivera en una verdadera alternativa de gobierno a nivel nacional.
Quizá sea mas un deseo que una opinión contrastada en proyecciones demoscópicas o electorales, pero mi intuición nunca me ha fallado y espero que esta no sea la primera vez.
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