Por Irene Serrano
Hoy me resulta imposible escribir acerca de ninguno de los temas que trato habitualmente, así que en lugar de pensar en lo que me ocupa, intentaré centrarme en alguno de los asuntos que me preocupan. Seré breve.
Hace días que no dejo de pensar en unas palabras dichas por alguien que en otro tiempo parecía ser un buen amigo, y digo parecía, porque ahora está claro que no lo es, y quizás, entonces, tampoco.
Intento comprender las razones por las que algunas personas pueden llegar a ser tan crueles con la palabra. Qué motivos les llevan a hacer afirmaciones tajantes con un único propósito, difamar y hacer un daño gratuito a personas de su entorno cercano sin de ello obtener un beneficio para sí que pueda servir de perversa motivación que lo justifique.
En la película de Margarethe von Trotta sobre la filósofa alemana Hannah Arendt, su protagonista afirma que el deber de quienes dedican tiempo a pensar es entender las razones que llevan a las personas a comportarse de una determinada manera. En concreto, ella quiso analizar cómo funciona el mal para así poder evitarlo, incluso el bien, para aprenderlo.
Después de darle algunas vueltas a esto, creo que lo que sucede en la mente de este tipo de personas es que necesitan poner frente a sí a un enemigo, y si no lo tienen, lo inventan, alguien a quien responsabilizar de todo lo malo que les sucede, alguien a quien echar la culpa de sus desgracias, para de esta forma disculpándose a sí mismos, no enfrentándose a la dura realidad, no ser responsables de sus actos y, por tanto, de sus consecuencias. ¡Qué sencillo para ellos y a la vez qué triste! Hace falta mucho talento y coraje para enfrentarse a uno mismo, para asumir los efectos de nuestra conducta; y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo.
Son las mismas personas que no creen en la bondad de la gente, que argumentan que aquéllos que hacen algo por los demás lo hacen sólo para obtener un beneficio propio, un provecho que de otra manera no alcanzarían.
Esta crisis está teniendo algunas consecuencias positivas, pero a la vez está haciendo salir lo peor de algunos individuos. Una verdadera pena para quienes seguimos creyendo en la bondad del ser humano. Echo de menos a algunas personas del pasado que hoy es como si nunca hubieran existido, como si se hubieran esfumado, aunque siguen estando ahí, pero ya no son ellos. Lo positivo es que otros pasan a ocupar este vacío que dejan y la vida continúa.
Es difícil hablar de estas cosas, pero si no me atrevo a hacerlo, tampoco debería atreverme a escribir.
"Fix you" | Coldplay
Irene, esto que escribes me recuerda mucho a un libro que leí hace tiempo, "Los 4 acuerdos de los Toltecas", y el primero de ellos es "Sé impecable con tus palabras" y aunque aparentemente no parece ser importante, en muchas ocasiones me acuerdo de ello, y es importantísimo, pero no fácil.
ResponderEliminarY también tienes razón con que hay que creer en la bondad del ser humano. Yo que tengo atención al público en mi trabajo, siempre digo, "la gente es buena"... y hay que buscar siempre lo mejor de ellos.
Y enhorabuena por tus escritos! siempre me gustan.
Muchas gracias por tus palabras, y sí, estoy de acuerdo en lo que dices sobre la bondad humana. Yo también tengo atención al público en mi trabajo y no hay mejor bálsamo que la sonrisa que te regalan cuando les resuelves algún problema, por pequeño que a ti te parezca. Intentaré localizar el texto que me recomiendas.
Eliminar¡Irene, ánimo!, escribes muy bien, me encanta leer lo que dices no solo porque siempre estoy de acuerdo contigo sino porque es un soplo de aire fresco totalmente necesario en los tiempos tan duros que estamos viviendo. Cierto que esta crisis nos está volviendo egoistas, torpes y algo crueles pero yo también sigo creyendo en el ser humano y te aseguro que veo muchos gestos admirables al estar de cara al público, estoy conociendo a personas maravillosas que jamás pensé que existían en esta ciudad. Puede que haya algún que otro besugo pero hay que ignorarles. Siento mucho que te hayan hecho daño, eres una persona ejemplar,¡ánimo!.
ResponderEliminarH-6 Espacio Creativo
Gracias, profesora.
EliminarCuando tienes algún problema lo mejor es escribirlo, a partir de ese momento viene a ser como si lo dejaras fuera, deja de ser importante y puedes así centrarte en otras cosas que sí merecen la pena. Un fuerte abrazo.
Te veo muy disgustada. Animo que tienes otros buenos amigos.
ResponderEliminarY me impresiona que te hayas visto entera la película de Hannah Arendt. Yo aguante 10 min. escasos.
Gracias, Zaqueo, contaba con ello, por eso termino diciendo "Lo positivo es que otros pasan a ocupar este vacío que dejan y la vida continúa". Otro efecto positivo de esto que he escrito es que he sentido una gran liberación, desconocía el poder terapéutico que tiene la escritura. Y estoy de acuerdo contigo, me gusta más la figura de Hannah Arendt que la película que han hecho sobre ella. Buena semana.
ResponderEliminarEnhorabuena, cada vez me gusta más como escribes aunque no siempre esté de acuerdo contigo.
ResponderEliminarSolamente dos apuntes, igual que creo en la bondad de la gente, existe la maldad en las personas, que aunque sean menos hacen más daño, y no se puede perder lo que nunca tuviste, eso no es un amigo, la palabra amigo o amistad es muy grande para ellos.
Por favor, sigue siendo tan buena AMIGA como lo has sido hasta ahora.
Gracias, amiga. Menos mal que no siempre estás de acuerdo conmigo, sería aburridísimo, te lo aseguro.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dices: "...eso no es un amigo", ni saben lo que significa la palabra amistad, tanto mirarse hacia si...
De este tipo de personas habla Mario Conde también en los últimos párrafos de esta entrada: http://www.fundacioncivil.org/2013/11/el-coche-del-cateto/
Y sí, descuida, seguiremos siendo tan buenas amigas como siempre.