Por Irene Serrano
Cuando todavía siguen siendo evidentes las consecuencias de la resaca provocada tras la década de enajenación inmobiliaria, siento bastante indignación al ver a los dirigentes locales volcados ahora en el invento de las "smart cities", el vehículo eléctrico y la promoción de grandes centros comerciales. Tengo el absoluto convencimiento de que ninguno de los tres asuntos está entre las prioridades de la mayoría de los vecinos de mi ciudad, más ocupados en sobrevivir cada día.
Primero fue el discurso de la "calidad" al que nuestros gobernantes se apuntaron rápidamente para vender una administración más ágil y eficiente; más tarde, fue aquello de la "excelencia" por si lo anterior no era suficiente, lo que provocó la entrada de gran cantidad de directivos de élite en la administración; y ahora, estamos sumidos ya en una nueva retórica cuyo término de moda es la "innovación" cuyo objetivo, según dicen, es analizar las nuevas estrategias para la gestión de las llamadas "ciudades inteligentes".
No entiendo bien como una ciudad con problemas serios de despoblación, con la huida de una generación entera de jóvenes a otras regiones, incluso a otros países, que cada día ve como cierran comercios, empresas y negocios; con una población creciente que sufre de desnutrición (ya no es políticamente correcto hablar de hambre), va a resolver sus dificultades apuntándose al invento de las "smart cities".
Estoy segura de que nuestros problemas reales no mejorarán por este camino; sobre todo, porque la inversión y los esfuerzos se están enfocando en temas banales como, por ejemplo: aplicaciones de telefonía móvil que indican a un conductor dónde encontrar una plaza de aparcamiento libre, espacio que para cuando quiera llegar con su utilitario estará ya ocupado por otro vehículo. Otra herramienta consistirá en poder encender la iluminación de determinados monumentos desde nuestro teléfono.
En Madrid, en la Puerta del Sol, trataban de instalar baldosas con sensores de lluvia, nieve o presión… ¡Podéis imaginar lo útil que resulta todo esto…! Y no hay que olvidar que el llenar una ciudad de sensores puede resultar muy interesante para los servicios de inteligencia, conocida la costumbre que tienen algunos países por el espionaje a personas corrientes.
No entiendo bien como una ciudad con problemas serios de despoblación, con la huida de una generación entera de jóvenes a otras regiones, incluso a otros países, que cada día ve como cierran comercios, empresas y negocios; con una población creciente que sufre de desnutrición (ya no es políticamente correcto hablar de hambre), va a resolver sus dificultades apuntándose al invento de las "smart cities".
Estoy segura de que nuestros problemas reales no mejorarán por este camino; sobre todo, porque la inversión y los esfuerzos se están enfocando en temas banales como, por ejemplo: aplicaciones de telefonía móvil que indican a un conductor dónde encontrar una plaza de aparcamiento libre, espacio que para cuando quiera llegar con su utilitario estará ya ocupado por otro vehículo. Otra herramienta consistirá en poder encender la iluminación de determinados monumentos desde nuestro teléfono.
En Madrid, en la Puerta del Sol, trataban de instalar baldosas con sensores de lluvia, nieve o presión… ¡Podéis imaginar lo útil que resulta todo esto…! Y no hay que olvidar que el llenar una ciudad de sensores puede resultar muy interesante para los servicios de inteligencia, conocida la costumbre que tienen algunos países por el espionaje a personas corrientes.
Pero lo que me hace desconfiar más sobre las ventajas que esta idea pueda ofrecer al ciudadano es que las empresas que hay detrás de la gestión de estos servicios son Iberdrola, Telefónica o Microsoft; empresas que, por supuesto, tienen como objetivo conseguir los mayores beneficios posibles para sus accionistas y que, en este caso, han encontrado un importante nicho de negocio en las ciudades, en los elevados presupuestos que gestionan los políticos locales y en las posibles inversiones en tecnología que puedan hacer.
Nadie pone en duda que la tecnología sirve para facilitar la vida a las personas y, por supuesto, resulta muy interesante disponer de una herramienta capaz de recoger, almacenar y gestionar gran cantidad de datos relacionados con la energía, el abastecimiento, la movilidad o el control de la contaminación atmosférica. Es innegable que toda esa información será útil para resolver problemas en la ciudad, siempre que el tratamiento de estos datos sea correctamente utilizado por personas expertas en la materia, y de forma transparente, para aportar al ciudadano toda la información que necesite para tener capacidad de decisión en las políticas locales. Ello les permitirá conocer las consecuencias positivas y negativas de dichas políticas, buscando la mejora de las condiciones de habitabilidad de la ciudad en la que residen.
Si esa tecnología sirve para mejorar la calidad de la información a la que pueden acceder los habitantes de una ciudad y de esta manera conseguir ciudadanos inteligentes, informados, con criterio, bienvenida sea. De lo contrario, prefiero no contribuir a la ampliación de las posibilidades de negocio de empresas que sólo buscan beneficio y rentabilidad para sí a costa de seguir aumentando la presión fiscal.
Mientras tanto, nuestro pequeño homenaje a Lou Reed.
"Walk on the wild side" | Lou Reed (Álbum: Transformer)
¡Estoy totalmente de acuerdo contigo! Todo se desmorona a nuestro alrededor y ahora nos vienen con las ciudades inteligentes, es increíble! We do not need "smart cities", what we need is "smart politicians"! Puede que así dicho en inglés lo comprendan mejor , como es un idioma más directo...aunque ya conocemos el nivelazo de nuestros dirigentes!
ResponderEliminarGracias, H - 6 Espacio Creativo.
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, no necesitamos el concepto que nos están vendiendo como "smart cities", pobres ciudades, otra etiqueta más. Lo que sí necesitamos de forma urgente son "smart citizens" (ciudadanos inteligentes), sólo así conseguiremos algún día tener también "smart politicians", tal como dices.
Un saludo, seguiremos comentando...
Estimada Irene,
ResponderEliminarHe leído con detenimiento tu artículo, y puedo entender las suspicacias que levantan las ciudades inteligentes, pero me gustaría hacer algunos comentarios al respecto.
Tienes razón que el boom “Smart City”, surge cuando aún estamos inmersos en las ascuas del boom del ladrillo en España. Precisamente por ello surgen con fuerza las ciudades inteligentes, en una época de crisis, en la que es necesario un cambio de paradigma. Hagamos las cosas mejor, con menos recursos y que el ciudadano obtenga ventajas de ello.
Yo estoy orgulloso que Valladolid sea un referente en cuanto a la movilidad eléctrica. La discriminación positiva de las medidas que el Ayuntamiento de Valladolid lleva a cabo para el impulso del coche eléctrico, y que quiera exportar estas políticas a otras ciudades, no solo es positivo en cuanto a aspecto medioambientales y de salud. El modelo eléctrico más vendido en España en el año 2012 se fabrica en Valladolid. Por lo tanto apostar por el vehículo eléctrico es apostar también por el empleo en la ciudad.
No se puede criticar el modelo urbanístico de los últimos años, y a la vez criticar los intentos de establecer una gestión diferente para las ciudades.
No se puede decir que Valladolid tenga problemas de despoblación, porque no es cierto, en la última década solo se ha perdido un 2,5% de la población, principalmente por el movimiento poblacional hacia áreas periurbanas, que han experimentado un aumento mucho mayor que lo que ha perdido la capital.
Y no se puede decir que los jóvenes emigran a otras regiones y países, y después criticar proyectos por los que se apuesta en Valladolid como Blue Parking o Ríos de Luz, que han sido desarrollados e implantados por empresas locales, no grandes multinacionales.
Tampoco se puede calificar de banal a una herramienta que permite saber cuáles son las calles con más plazas de aparcamiento libre o que te permite pagar solo el tiempo que se está estacionado, con el consiguiente ahorro de tiempo, combustible, contaminación y congestiones. Decir que las plazas de aparcamiento serán ocupadas por otro vehículo antes de que lleguemos, solo se puede hacer desde el desconocimiento y no haber usado nunca dicha aplicación móvil.
Y otra de las “app” que nombras es Ríos de Luz, que no es a futuro, sino que ya está funcionando, y permite iluminar ciertos edificios pertenecientes a la ruta nocturna “Ríos de Luz” fuera del horario establecido. Una herramienta que complementa y pone en valor uno de los proyectos más valorados en distintos premios nacionales e internacionales. Un proyecto que promociona el patrimonio arquitectónico, fomenta la pernoctación turística y reduce el consumo energético (ha reducido un 50% el consumo energético mientras ha iluminado 13 edificios más).
Sobre ciudades inteligentes se va a escribir mucho, pero para hacer una correcta valoración no hay nada mejor que observar lo que ya se está haciendo, los proyectos que se están desarrollando. Bajar del nivel discursivo y político, a la valoración técnica y realista.
Gracias, Eduardo, por esta lectura detenida y también por el comentario realizado que no hace sino enriquecer el debate.
ResponderEliminarMe gusta eso que dices "hagamos las cosas mejor, con menos recursos y que el ciudadano obtenga ventajas de ello". Para mí es el objetivo prioritario ahora: "hacer menos pero mejor y llegando hasta el último ciudadano".
Este artículo no va en contra del modelo de ciudades inteligentes, más bien he intentado que fuera de prioridades, no tanto de juzgar la utilidad de las herramientas (las hay mejores y peores, como pasa siempre en casi todo) sino en establecer que es lo mejor ahora con los escasos recursos que tenemos para llegar al mayor número de ciudadanos. El desarrollo de las "smart cities" es más la consecuencia del bienestar vivido en el pasado y que ahora yo no tenemos.
En cuanto a la pérdida de población, dices que es sólo de un 2,5%, deberías añadir que entre 2008-2012 (318.461-311.501, según el INE). A mí este número me parece escalofriante para una capital de una región como CyL. Y si lo comparas con el cuatrienio 1978-80 en el que Valladolid ganó 30.000 habitantes, resulta dramático. Pero lo más triste de esto es que los que se van es una generación de jóvenes entre 25-35 años que son ingenieros, arquitectos, economistas, médicos, universitarios que tras formarse aquí emigran a Francia, Alemania, Suiza, Estados Unidos, Emiratos Árabes... Se van porque aquí no tienen en qué trabajar y están organizando su proyecto de vida fuera. No sabemos si volverán algún día.
En cuanto a lo que dices sobre la aplicación de Ríos de Luz, la tengo en el móvil y desde luego ni se me ocurre utilizar la pestaña que dice "ilumina este edificio", me parece una frivolidad. El proyecto ha sido desarrollado por la empresa Philips que no es una empresa local, precisamente, con luminarias de alta eficiencia, y que conste que este proyecto sí que me gusta, hace que pasear por Valladolid por la noche sea una verdadera delicia, y descubres lugares que tienen algo de mágicos con esa iluminación.
Por último, sólo decir que mi valoración es puramente técnica, aunque tengo también, todos lo tenemos, el derecho a ofrecer una opinión política en todos aquellos asuntos que afectan a la "polis", y nadie puede cuestionar ese que es nuestro derecho, el de todos los ciudadanos.
Bueno el debate da para mucho, y eso es lo verdaderamente interesante de estos temas, sobre todo que las personas muestren interés por aquello que les afecta directamente.
Un saludo, seguiremos comentando. Resulta de gran interés.
Gracias por la respuesta Irene y por poner sobre las mesas este tema tan candente en la actualidad, como es el de las ciudades inteligentes.
ResponderEliminarRealmente es complicado tener que salir de tu país a buscar trabajo (yo mismo me encuentro dentro de ese grupo de universitarios que en un momento dado tuve que buscar mejores oportunidades en el extranjero). Ojala fuese una decisión voluntaria y no encaminada por la situación.
Por otra parte seguramente me expliqué mal, cuando dije que Ríos de Luz estaba diseñado por una empresa local, me refería estrictamente a la aplicación móvil, posterior al proyecto en sí, de iluminación nocturna.
Un saludo.
Eduardo, el error en la lectura de tu comentario fue más bien mío, estaba claro que te referías a la aplicación para móvil. En cuanto al proyecto para el vehículo eléctrico, nada tengo en contra ni a favor, no tengo un criterio formado al respecto, ni los conocimientos necesarios para opinar sobre ello, pero me sorprende bastante que en Málaga, por citar un ejemplo, sea Telefónica la empresa que está desarrollando un proyecto de movilidad eléctrica. Te deseo toda la suerte del mundo, y en efecto, estoy de acuerdo contigo, lo de salir fuera en busca de oportunidades, debería ser una opción voluntaria, no una obligación.
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