Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

29 de mayo de 2013

Otras manos en Sobornopolis

Por Daniel Movilla 


En febrero de 1992, la Guardia de Finanzas Italiana sorprendió a Mario Chiesa, importante exponente en Lombardía del Partido Socialista Italiano (PSI), metiendo en un cajón de su despacho un sobre con 7 millones de las antiguas liras (unos 3.600 euros).

El dinero se lo acababa de entregar un empresario - en una maniobra preparada por el fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro - como primer plazo de una comisión por haber conseguido que su empresa de limpieza tuviera acceso a una concesión pública valorada en 140 millones.

Aquel hecho aislado que empezó como una pequeña gota hasta convertirse en un inmenso oleaje, se llevó por delante a la I República Italiana, obligó a cambiar la ley electoral y permitió que Di Pietro y el grupo de fiscales milaneses conocido como “ManiPulite”, destapara el mayor escándalo de corrupción que ha vivido la república italiana en sus 150 años de historia.


Se llamó Tangentopoli y sentó en el banquillo a más de 4.000 empresarios y representantes de todas las formaciones políticas italianas.Llevaban dos décadas financiando ilegalmente a sus partidos gracias al dinero negro que obtenían con el cobro de comisiones por cada adjudicación pública. 

Alguien podrá alegar que Italia no ha mejorado después de veinte años, que aquel terremoto político propició la llegada de Berlusconi y decir que solo tenemos que comprobar el actual grado de descrédito de la política en Italia, para deslegitimar, por ineficaz, aquella inmensa limpieza de la  corrupción en el país vecino.

Frente a esta alegación y aun a riesgo de que aquí en España, dentro de veinte años estemos en la misma situación en la que hoy se encuentra Italia, yo me levanto un día si y otro también, esperando la aparición de un fiscal anticorrupción español, que como Di Pietro, sea capaz de iniciar esa pequeña gota de limpieza contra la corrupción política en España y que obligue a los Barcenas de turno a declarar todo lo que saben sobre financiación ilegal de los partidos políticos, sobre los sobornos para concesiones públicas y sobre las comisiones por la obtención de licencias y obras.

¿Habría una tremenda convulsión en la vida pública española? Seguro que si. ¿Esto llevaría a España a un cambio radical en el concepto actual de la política y las empresas? Pues también. Pero no me digan que no están ustedes esbozando una pequeña sonrisa y un deseo? Ojala que esto suceda y que sea cuanto antes.


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