Otro tipo de ser humano

Por Daniel Movilla

Me he acercado, esta misma tarde, a la sede de Cáritas en la localidad de Laguna de Duero (Valladolid). Quería conocer de primera mano el funcionamiento de una central de recogida de alimentos y saber cómo se organizaba su personal para recepcionar las entregas, ordenarlas luego en el almacén y finalmente, descubrir en detalle el criterio de reparto o entrega de alimentos. No vean en mi ningún tipo de desconfianza hacia la Institución, solamente curiosidad real por conocer ese mundo

Juan José, la persona responsable del centro, me ha dado todo tipo de explicaciones sobre el origen de los alimentos que reciben, las condiciones necesarias que tiene que tener esas materias primas y sobre todo, me explicó, con todo detalle, a quienes se les dan los alimentos y como establecen la prioridad para entregar una u otra cantidad de comida.

Con ser esto importante, que lo es y mucho, para evitar todo tipo de suspicacia en la entrega de alimentos a una u otra familia, lo que más me ha gustado es la disposición de los voluntarios para inyectarte en vena el entusiasmo con el que realizan su desinteresada labor.

Pero claro, junto a esta información de funcionamiento, también tuve conocimiento del numero de familias que acuden diariamente a pedir alimentos y la situación en la que acuden a por ellos.

Da miedo pensar que somos capaces de crear falsas y estériles disputas en las redes sociales y a nuestro lado, al lado de nuestra casa, nuestros vecinos, van cada mañana a pedir alimentos para poder comer.

Son sensaciones que hay que vivirlas y que son de difícil explicación. Solo diré que hoy, gracias a esta visita me siento incapaz de criticar al ser humano, y desde luego, me inclino ante este tipo de ser humano que regala su tiempo y su esfuerzo en una labor tan poco recompensada.

Vi en su almacén muchos alimentos básicos y muchas marcas muy conocidas. Grandes superficies también muy conocidas por todos nosotros, como donantes y que colaboran de forma muy importante y muy asidua con Cáritas y que de forma silenciosa, consiguen que muchas familias cada día acudan al centro a recoger alimentos tan necesarios como leche, pan, arroz, hortalizas y aceite.

En fin, sólo quería dejar constancia de la sonrisa que hoy ilumina mi rostro al descubrir que al lado de los "individuos" que día a día nos quitan las ganas de luchar por nuestras convicciones, hay otro tipo de ser humano, humilde, callado y generoso colectivamente, que nos alegra la tarde y consigue que volvamos a creer que la humanidad aún tiene solución.