El Festival Internacional de Cine de San Sebastián en colaboración con la Filmoteca Española, dedica un homenaje a la obra de Dorothy Arzner, considerada hoy una pionera de la integración de la mujer en la industria cinematográfica, y reivindicada como una cineasta con un estilo y personalidad propia que le valieron un indudable prestigio dentro del sistema de estudios de Hollywood.
Dorothy Arzner (1897-1979) fue un caso único en la historia del cine americano, la única mujer que consiguió hacerse una carrera profesional como directora en la época dorada de Hollywood.
Nacida en San Francisco pero criada en Los Ángeles, Dorothy Arzner era hija de los propietarios de un café frecuentado por célebres actores y directores de cine de la época, como Charles Chaplin, William S. Hart o Erich von Stroheim. Tras licenciarse en la Universidad del Sur de California y servir como conductora de ambulancias durante la I Guerra Mundial, Arzner se inició en el mundo del periodismo, pero cuando conoció, gracias a una común amistad, al director William C. DeMille (hermano del célebre Cecil B. DeMille) el rumbo de su vida cambió definitivamente: tras visitar un estudio de rodaje, decidió que quería ser directora de cine.
Su primer trabajo en la industria cinematográfica fue como estenógrafa en los estudios Players-Lasky (más tarde Paramount), transcribiendo guiones de películas. Sus habilidades y fuerte voluntad le abrieron el camino hacia trabajos de mayor responsabilidad: redactora de sinopsis, script de rodaje y, finalmente, montadora. Fue en la sala de montaje donde Arzner se ganó una excelente reputación en la industria de Hollywood, trabajando en 52 películas y colaborando asiduamente con el realizador James Cruze. En la célebre película protagonizada por Rudolph Valentino "Blood and Sand" (Sangre y arena, 1922), Arzner no soló realizó una brillante labor como montadora, sino que se encargó del rodaje de la segunda unidad en las escenas de las corridas de toros. También colaboró como guionista en algunas de las películas de Cruze.
Arzner presionó a Paramount para que le dejara dirigir una película, amenazando a los directivos del estudio con aceptar una oferta de un estudio rival, Columbia. Finalmente, debutó en la dirección con el film Fashions for Women (La reina de la moda, 1927) y al año siguiente se convirtió en la primera mujer de la historia que dirigió una película sonora, Manhattan Cocktail (1928).
Dorothy Arzner (1897-1979) fue un caso único en la historia del cine americano, la única mujer que consiguió hacerse una carrera profesional como directora en la época dorada de Hollywood.
Nacida en San Francisco pero criada en Los Ángeles, Dorothy Arzner era hija de los propietarios de un café frecuentado por célebres actores y directores de cine de la época, como Charles Chaplin, William S. Hart o Erich von Stroheim. Tras licenciarse en la Universidad del Sur de California y servir como conductora de ambulancias durante la I Guerra Mundial, Arzner se inició en el mundo del periodismo, pero cuando conoció, gracias a una común amistad, al director William C. DeMille (hermano del célebre Cecil B. DeMille) el rumbo de su vida cambió definitivamente: tras visitar un estudio de rodaje, decidió que quería ser directora de cine.
Su primer trabajo en la industria cinematográfica fue como estenógrafa en los estudios Players-Lasky (más tarde Paramount), transcribiendo guiones de películas. Sus habilidades y fuerte voluntad le abrieron el camino hacia trabajos de mayor responsabilidad: redactora de sinopsis, script de rodaje y, finalmente, montadora. Fue en la sala de montaje donde Arzner se ganó una excelente reputación en la industria de Hollywood, trabajando en 52 películas y colaborando asiduamente con el realizador James Cruze. En la célebre película protagonizada por Rudolph Valentino "Blood and Sand" (Sangre y arena, 1922), Arzner no soló realizó una brillante labor como montadora, sino que se encargó del rodaje de la segunda unidad en las escenas de las corridas de toros. También colaboró como guionista en algunas de las películas de Cruze.
Arzner presionó a Paramount para que le dejara dirigir una película, amenazando a los directivos del estudio con aceptar una oferta de un estudio rival, Columbia. Finalmente, debutó en la dirección con el film Fashions for Women (La reina de la moda, 1927) y al año siguiente se convirtió en la primera mujer de la historia que dirigió una película sonora, Manhattan Cocktail (1928).
Los guiones de Dorotyhy Arzner albergaban frases contundentes, rompedoras en su época a todos los efectos, incisivas y planteando siempre otras perspectivas de ser mujer, fuera de los estereotipos de los roles sexuales de las mujeres de la época, que hoy resultan todavía vigentes.
Se perciben en algunos guiones y textos de sus comedias y melodramas guiños a la homosexualidad, cuando la homofobia estaba asentada en Hollywood y una apuesta firme por la igualdad de la mujer en la sociedad, en el trabajo, en las relaciones personales y en las comunicaciones verbales, de igual a igual con el hombre, frente a los postulados de los roles de la mujer tradicional. Otros temas recurrentes es la importancia del amor heterosexual, la amistad entre mujeres, la diferencia de clases, el miedo al compromiso, los deseos equivocados, el amor maternal y el engaño.
Dorothy Arzner mantuvo una larga relación con Marion Morgan, importante bailarina y coreógrafa hasta su muerte en 1971 y vivieron en la fantástica casa neogriega, construida para ambas en Mountain Oak Drive. Esta fructífera relación también se enriqueció en la forma de construir, diseñar decorados y vestuarios de una forma sorprendente y original. Con Marion trabajaría en cuatro de sus primeras películas además de crear una serie de coreografías, escenografías, vestuarios y danzas, gracias a actividades compartidas entre ambas.
Arzner dirigió 15 películas más a lo largo de la década de los treinta y comienzos de los 40, y trabajó con estrellas de Hollywood como Clara Bow, Katharine Hepburn, Fredric March, Rosalind Russell, Claudette Colbert, Maureen O'Hara o Joan Crawford en comedias y melodramas que prestaban una especial atención a los personajes femeninos: The Wild Party (La loca orgía,1929), Anybody's Woman (La mujer de cualquiera, 1930), Sarah and Son (1930), Honor Among Lovers (Honor entre amantes, 1931), Working Girls (1931), Merrily We Go to Hell (Tuya para siempre, 1932), Christopher Strong (Hacia las alturas, 1933), Nana (La reina del boulevard, 1934), Craig's Wife (La mujer sin alma, 1936) o The Bride Wore Red (1937).
En 1933 fue la primera mujer que ingresó en el Sindicato de Directores de América y fue su único miembro femenino durante varias décadas. También pasó a la historia por haber inventado el micrófono de jirafa, ya que comenzó a emplear un micrófono atado a una caña de pescar en los rodajes de los primeros tiempos del sonoro.
Aunque su nombre cayó progresivamente en el olvido, la carrera de Arzner fue reivindicada en la década de los 60 por los movimientos feministas y fue objeto de varios homenajes, entre ellos el del Sindicato de Directores de América en 1975.
Hoy su filmografía no sólo es revalorizada por constituir una insólita excepción en la historia del cine americano, sino por sus valores intrínsecos. Arzner dejó su huella a través de una serie de películas de refinado estilo visual que cuestionaban los tradicionales roles sexuales de la época y el papel de la mujer en la sociedad o que, según algunos críticos, introducían velados subtextos homosexuales en la rígida estructura del Hollywood de la época.
Después de retirarse de Hollywood, seguramente debido a una neumonía durante el rodaje de su última película, First Comes Courage, a cierto hartazgo por la presión del ambiente de la época, por su condición de mujer y por el abandono del propio Hollywood, Dorothy Arzner se dedicó a partir de 1951 a realizar diversos cortometrajes, a dar cursos de producción de cine y a ser profesora en la División de Cine de UCLA, dejando una profunda huella a sus alumnos, entre ellos a Francis Ford Coppola, por ejemplo.
Sus documentos, archivos y películas se conservan en el Archivo de Cine y televisión de UCLA y gracias a la ayuda de la actriz y directora Jodie Foster se conseguieron fondos para la conservación de las películas de la Paramount.
Dorotyhy Arzner ha sido muy reconocida por la teoría feminista del cine y por haber sabido perfilarse como mujer independiente. Antes de fallecer pudo disfrutar de numerosos reconocimientos (tiene hasta una estrella en el Paseo de la Fama)
Contemporánea de cineastas como George Cukor o Howard Hawks, Dorothy Arzner no sólo fue la primera mujer, sino que más allá de su sexo, fue una gran directora de cine.
Fuentes:
Retrospectiva Clásica: Dorothy Arzner Festival de San Sebastián
La interesante retrospectiva de Dorothy Arzner m-arte y cultura visual
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