Por Daniel Movilla
Ese es el titulo del libro escrito por Mario Conde, que narra los momentos previos a la intervención de Banesto y finaliza con decisión de su encarcelamiento. Es un libro del que se han vendido mas de 300.000 ejemplares y que según los datos publicados por la editorial, ha sido leído por mas de un millón de personas.
Ahora, en este mes de julio, concretamente los días 4 y 11, Tele5 emite una mini-serie basada en el citado libro de Mario Conde y que por lo que hemos podido ver en los avances que emite la cadena para publicitar la serie, se adapta bastante fielmente a lo publicado por el autor en el libro referenciado.
Con independencia de que la serie sea vista por mucha o por poca gente – yo creo que será muchísima gente la que la vea – a mi, particularmente, me traerá recuerdos importantes de una etapa de mi vida muy convulsa y muy complicada.
Yo trabajaba en Banesto en aquella época. Concretamente era Secretario del Consejo de Administración de varias empresas vinculadas con la Corporación Industrial. Y les puedo asegurar que aun siendo un actor secundario o de reparto, durante dos largos años fui sometido por Hacienda y por los nuevos propietarios del banco, a una persecución atroz en busca de pruebas que demostrasen que nuestro despacho de abogados era utilizado por Mario Conde como tapadera para desviar fondos del banco.
También les puedo asegurar, porque lo viví en directo, que el juez adecuado fue puesto allí meses antes, en la Audiencia Nacional, con la única finalidad de encarcelar a Mario Conde y que una vez cumplida su misión, su labor fue recompensada inmediata y adecuadamente con un destino lejano y muy bien remunerado.
La película removerá recuerdos, pero no creo que remueva muchas conciencias. Esta España vieja y tahúr, zaragatera y triste que diría Machado, no tiene ganas de compromisos sino de siestas. No quiere hablar de justicia, ni de rehabilitación social de un hombre que sufrió en sus entrañas el dolor moral, físico y sentimental de una injusticia. Eso es demasiado doloroso para esa España inferior que ora y embiste, con la misma intensidad y al mismo tiempo, y que nunca la preocupó la justicia de verdad si no afecta a su propia estructura personal o familiar.
Así que pongámonos a ver la serie y pasemos un rato sobrecogidos, pero al acabar, cuando hayamos visto pasar ante nuestros ojos la realidad de un poder que arrasa con vidas y hacienda, nos iremos a la cama sin mas, y con esa frase tan nuestra: "Hay que ver que barbaridad, lo que le hicieron a este hombre" "En fin, algo habrá hecho para merecerlo, no?"
Que lejos queda aun esa España que soñaba Machado: La España implacable y redentora, la España que alborea, la vengadora, la España de la rabia y de la idea.
Es posible que la mayoría de la gente no se compadezca o piense 'algo habrá hecho', pero bastará con que influya en aquellos con suficientes ganas de trabajar para renovar el Sistema. Saludos, humordaz
ResponderEliminarEs cierto lo que dice Ud. Daniel, si le sirve de consuelo, un servidor, que es bastante curioso y le da por indagar, tiene claro y opina que, tanto M.Conde como usted y otrós muchos de forma directa y/o colateral, fueron víctimas del poder en su versión más inmoral y atroz, y me emociona ver la entereza con la que lo han llevado y como se han sobrepuesto a todo, un ejemplo a seguir sin duda.
ResponderEliminarPor otro lado también tengo claro que muchos no tendrán el cerebro configurado, por los motivos que sean: precontaminación, pasotismo, para que el mensaje les afecte lo más mínimo y otros no se podrán creer que un sistema pueda llegar tan lejos sin que sea verdaderamente culpable y ni se molestaran en averiguarlo de alguna manera, lo digo por experiencia, es muy habitual la respuesta en tono solemne, como el que sabe de lo que habla, tan típico español: “...escúchame Pedro y hazme caso, ese tío no es trigo limpio, que te lo digo yo...”, en ocasiones he tenido fuertes discusiones subidas de tono e insultos en relación a este tema, lo cual refleja que el propósito del poder y los medios de la época surtió efecto en la gente menos dada a investigar, que es mucha por desgracia, quizá esto de indagar no interese fomentarlo en sociedad, los colegios y/o universidades, yo por suerte, tuve un profesor de filosofía que me abrió los ojos diciendo que no me fiara nunca de lo que decía la Tv o los periódicos, que contrastara al información.
Sin más, enhorabuena y gracias por su ejemplo de lucha, constancia, superación y de seguir siendo felices a pesar de los avatares vitales.