Por Daniel Movilla
En el año 2007 visité por primera vez el Senado. Tenía una cita con un Senador de Castilla y León. El motivo único de mi entrevista era tratar de establecer algún apoyo a nivel nacional, para la promoción de esta Comunidad como destino de estudiantes extranjeros que venían a España a estudiar nuestro idioma.
El Senador en cuestión, cuyo nombre omito por no venir al caso, fue muy amable, se mostró cercano e incluso descubrí en él un sincero interés, creo, por mis planteamientos. Les cuento todo esto porque a su lado estaba otro Senador, cuyo nombre también omito por discreción, que hoy ocupa un gran cargo institucional, y cuyo comportamiento me llamó mucho la atención. Era un hombre desagradable a primera vista. De esa gente que te mira perdonándote la vida y que permanentemente te hace sentir incomodo, como si tú pertenecieses a otra raza inferior. De esa gente, como ya he comentado en alguna otra ocasión, hay mucha en el mundo político. "Si quieres conocer a Pepito, dale un carguito" que decía mi amigo.
Ese Senador, que se pasó la reunión haciendo gestos de displicencia y aburrimiento, mostrando una actitud grosera hacia un ciudadano al que debe respeto, y a quien debe su cargo, es el estereotipo de un ser humano que abunda por este planeta llamado tierra y a los que les vendría muy bien una receta de humildad y darse cuenta de lo insignificantes que somos realmente.
Me acordé de este encuentro en Madrid, leyendo un libro sobre astronomía y viendo imágenes de la tierra, de nuestro sistema solar y de nuestra galaxia. Dirán ustedes que tendrá que ver lo uno con lo otro, y trataré de explicárselo.
Creo que la humildad, la generosidad y el saber estar de las personas van muy de la mano del conocimiento de nuestra nimiedad, de tomar consciencia de lo que realmente somos y eso es muy muy fácil de asimilar cuando se mira hacia el universo.
Si tú vives en un entorno aproximado de trescientas mil personas y luego compruebas las cifras que se barajan al hablar del universo conocido, necesariamente tienes que ser consciente de tu intrascendencia, minimizar al máximo la importancia de tu persona, o ser un perfecto imbécil.
Hablamos de un planeta llamado Tierra, que está en un Sistema Solar donde hay más de trescientos mil millones de estrellas semejantes al Sol. Estamos metidos en una galaxia llamada Vía Láctea, donde hay más de cien mil millones de planetas semejantes al nuestro, y nuestra galaxia es semejante a otras, cuyo número, sólo en el universo conocido, ronda los cien mil millones
Conocido esto, demostrada la realidad de estos números, la vacuidad, la intrascendencia del ser humano dentro del universo, como es posible que una persona sea capaz de mostrar una actitud semejante frente a otra persona igual?.
Parafraseando una conversación de una película muy conocida, esa persona que trata a su igual con ese desprecio, debería sentirse como el verdín de una charca. No. Como el moho que se alimenta del verdín de una charca. O aun peor, sentirse como el pus que ensucia el moho, que se alimenta del verdín de una charca.
Es exagerado pero es que no hay nada que me siente tan mal como la prepotencia en general, y no te digo nada la prepotencia injustificada.
Que ironía.Dos personas,que ocupan el mismo puesto y cumplen la misma función,en el mismo Organismo.Uno,amable y receptivo y el otro,soberbio,indolente e impresentable.
ResponderEliminarNo deseo olvidar,que dicho Organismo,lo único que genera,son gastos inútiles,ya que es perfectamente prescindible.Pero no,lo componen si no recuerdo mal,266 Senadores.¿Qué hacen?¿En qué consumen su tiempo?¿Cuánto nos cuesta anualmente,el mantener a esta troupe?¿No es el Organismo del Estado,calificado como el cementerio de elefantes?.
Lo menos que sus miembros,deben hacer,por obligación con los ciudadanos,que no los eligieron,pero que deben mantenerlos,es ser educados,afables y no andar por ahí,como los perdonavidas del "FarWest".¿Sabrán qué son un grano,en un sitio muy doloroso?¿Habrán tomado conciencia de su inutilidad como Ente del Estado?.
Seguramente,conocen a la perfección su pobre papel,en el sistema gubernamental español.
Cada día,siento más asco al pensar cuanta soberbia,prepotencia y desinterés,muestran unos señores,que piensan haber escriturado España,a su nombre,cuando asumen el Poder.¿Habrá que recordarles su función,que no es otra,que Administrar con lealtad,honradez y buenos modales,el dinero de los contribuyentes?Sin la menor duda,SI.
Un pequeño inciso,para otro Organismo,que al igual que este,data del Siglo XV,instaurado por Carlos V.Me refiero al Consejo de Estado,compuesto ó tal vez mejor dicho,descompuesto,por aquellos,que habiendo ocupado altísimos cargos,en la función pública,carecen de las empresas del IBEX35,que deseen contratarlos,como miembros del Consejo de Administración y/o Asesores Externos.
¿Y luego nos preguntamos,que hacen con el dinero,que nos sacan de los bolsillos,a placer,a trabajadores,Autónomos y Pymes?Lo derrochan,en este tipo de Entes,que sobran,en el Organigrama del Estado.
Por tanto,señores,tengan al menos la educación de ser amables,con quienes pagamos sus salarios,inútiles,desde todo punto de vista.
Traté de ser cristalino,aunque tal vez,sólo haya sido claro.