Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

7 de septiembre de 2014

Mi biografía está en mi pintura

"mitad ángel, mitad marisco"
Salvador Dalí 


Se la ha vinculado a la Generación del 27 y al Movimiento Surrealista. Pero Maruja Mallo fue mucho más que todo eso: Tremendista, meticulosa, mujer de gran carácter, su imagen está también ligada a la modernidad de los años 80.

Maruja Mallo está considerada como una de las artistas plásticas españolas más relevantes del pasado siglo, aunque su obra ha permanecido hasta hace bien poco en un segundo plano a causa de su exilio y, seguramente también, por ser una mujer adelantada a su tiempo. 

Fue una figura carismática en la escena intelectual del Madrid de las primeras décadas del siglo XX e íntima amiga de los grandes representantes de la Generación del 27.

Artista revolucionaria, formó parte de los movimientos de vanguardia en Madrid junto a los grandes nombres del momento, como Dali, Alberti, García Lorca o Ramón Gómez de la Serna. Tras el estallido de la Guerra Civil, Mallo se exilió en América Latina y fue relegada al olvido.

El 5 de enero de 1902 nace Ana María Gómez González, cuarta hija de Justo Gómez Mallo, madrileño, y María del Pilar González Lorenzo, gallega. Debido a la profesión paterna, perteneciente al Cuerpo de Aduanas, la familia se traslada a Gijón, Vigo, Vivero, Tuy, Verín, Madrid y Avilés, donde permanecerán desde 1913 a 1922.

En Avilés, Maruja Mallo comienza a pintar copiando las ilustraciones de las revistas y, dada su capacidad, su padre le busca profesor de dibujo. En 1922 la familia se traslada a Madrid. Maruja Mallo y su hermano Cristino entran a estudiar Bellas Artes en la Escuela de San Fernando

En la Escuela de Bellas Artes se hizo con una fama de rebelde que ya no abandonaría en toda su vida. Allí hizo amistad con Dalí y luego, en la Residencia de Estudiantes se integró desde el primer día con Concha Méndez, Buñuel, García Lorca, Pepín Bello, María Zambrano y Rafael Alberti. Con este vivió uno de sus grandes amores de juventud hasta que el poeta gaditano la abandonó por María Teresa León

Pero es Ortega y Gasset quien le da la primera oportunidad para mostrar su talento. Comienza a realizar viñetas para la Revista de Occidente y otras revistas, así como portadas de libros, y empieza a interesarse por la escenografía, disciplina para la que obtiene una beca de la Junta para Ampliación de Estudios en París.

Por esos años desarrolla una gran actividad literaria trabajando para varias publicaciones como El almanaque literario y La gaceta literaria... al mismo tiempo que ilustra las portadas de varios libros. En 1928 de la mano de Ortega y Gasset, al que le gusta su obra, se realiza su primera exposición en los salones de la Revista de Occidente, la muestra fue un éxito. Su obra en ese momento se encuadra dentro del realismo mágico.


La Junta de Ampliación de Estudios le concede una pensión en 1932 para ir a París. Expone en esta ciudad en la Galería Pierre Loeb, André Bretón compra su cuadro Espantapájaros (1929). Es en este momento cuando su pintura cambia totalmente, se adentra por completo en el surrealismo. Conoce a Max Ernst, Joan Miró, René Magritte, Giorgio de Chirico, Paul Éluard o André Breton, Jean Cassou, Picasso, Péret, Aragon, Arp y el grupo Abstraction-Création del que formaba parte el uruguayo Joaquín Torres-García. En esta época era ya una artista conocida, el gobierno francés le compró un cuadro para exponerlo en el Museo Nacional de Arte Moderno.

Regresa a Madrid donde los cambios políticos son profundos, Maruja es una artista comprometida con la República y sus proyectos. Participa activamente en la Sociedad de Artistas Ibéricos. Trabaja sobre temas sociales, directamente relacionados con su amistad con Miguel Hernández.  Da clases en el Instituto de Arévalo (Ávila), de dibujo y cerámica. 

En 1934 sus inquietudes le llevaron a estudiar matemáticas y geometría, ya que le interesaba aplicar estas disciplinas a su obra, esencialmente a la cerámica. Entra en contacto con el Grupo de Artistas de Arte Constructivo con el que Torres-García había trasladado a España la experiencia parisina.

Se traslada a Galicia ejerciendo como docente en las Misiones Pedagógicas. Allí se encuentra cuando estalla la Guerra Civil, huye a Portugal. Gabriela Mistral que era amiga suya y embajadora de Chile, la ayuda a llegar a Buenos Aires, continua su actividad como docente y pintora. Sigue ampliando su círculo de amistades entre las que se encuentra Pablo Neruda. Durante la Guerra Civil es destruida toda su obra cerámica.

En Argentina se integra en la vida cultural del país, se convierte en colaboradora de la revista Sur, de la que también es colaborador Borges. Viaja con asiduidad y expone en distintas ciudades como Nueva York, París o Brasil.

En 1939 publica el libro "Lo popular en la plástica española a través de mi obra", obra que empieza a incluir los retratos de mujeres, este cambio para algunas voces es el precursor del Arte Pop norteamericano. Con Pablo Neruda viaja a la isla de Pascua en 1945, en este tiempo inicia su serie "Naturalezas vivas". Con la llegada del peronismo al poder Maruja Mallo se traslada a Nueva York.

En 1939 pinta la que para ella es su obra más importante, su particular Guernica. La titula "El canto de la espiga" y forma parte de la serie "La religión del trabajo", unas pinturas de trazo muy definido en las que ensalza el mundo del trabajo en el campo. Como hace otras muchas veces, falsifica la fecha y pone 1929 para hacer ver que era un encargo de la República. De los años de América lleva a su obra los retratos de gente de otras razas, de flores ajenas a Europa, de objetos marinos encontrados en sus largos paseos por las playas. Pero ya no volverá a pintar con el entusiasmo de antes.

Es en la década de los sesenta cuando regresa a España, instalándose en Madrid, es una auténtica desconocida en su propio país. Ya que aquellos que fueron sus contemporáneos, o habían fallecido o continuaban en el destierro, lo que propició que su vida pública fuera inexistente. 

En 1967 obtiene el Premio Estrada Saladrich en la Bienal Internacional de Pintura de Barcelona y desde los años 70 se convierte en una presencia fundamental de los ambientes artísticos madrileños, aunque más por su pasado que por sus nuevas obras que pocos ven.

En ningún momento deja de pintar, en la década de los noventa realiza algunas exposiciones y recibe premios como la Medalla al Mérito en las Bellas Artes y el Premio de Artes Plásticas de Madrid. Fallece en Madrid el 6 de febrero de 1995.

Maruja Mallo es una mujer que viene de otro tiempo, moderna y vanguardista. La llaman surrealista pero lo cierto es que su obra es difícil de clasificar.

El documental 'Maruja Mallo. Mitad ángel, mitad marisco' realiza un completo recorrido por la vida y obra de esta pintora gallega, profundizando en su personal mundo interior y artístico a la vez que va deteniéndose en cada una de las etapas artísticas por la que transitó a lo largo del siglo XX y que le llevaron desde la figuración hasta la abstracción.




Maruja Mallo y la vanguardia española
La desconocida Maruja Mallo
Las espigas surrealistas de Maruja Mallo

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