Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

12 de septiembre de 2014

Hello, I’m Johnny Cash

"Hola, soy Johnny Cash"


Así comenzaba todos sus conciertos una de las figuras más complejas de la historia del rock&roll y el country. Sin embargo, quizá sea esa división entre simplicidad y complejidad la que mejor explique la vida y la obra de un rey sin trono que tuvo la poco frecuente habilidad de hacer coincidir el inicio y el final de su imperio con la publicación de sus mejores trabajos. Desde Folsom Prison Blues hasta The Man Comes Around, se extiende el verdadero reinado del Hombre de Negro. El reinado de Cash.

A Johnny Cash nunca le hizo demasiada gracia ser conocido por un diminutivo. Fue Sam Phillips, fundador de Sun Records y descubridor de gigantes del rock and roll como Elvis Presley, Jerry Lee Lewis o el propio Cash, quien lo bautizó como "Johnny". Su segunda mujer y verdadero amor de su vida, June Carter, siempre le llamaba John. Su familia, J.R. 

John Ray Cash nació en Kingsland, Arkansas, un 26 de febrero de 1932. Fue el cuarto de siete hermanos en una familia profundamente afectada por esa gran crisis económica previa a la Segunda Guerra Mundial conocida como la Gran Depresión. Desde muy niño se vio obligado a trabajar en los campos de algodón, acarreando el agua para las cuadrillas de trabajo durante más de diez horas al día. Las penurias económicas de su familia inspirarían años después muchas de las letras de sus canciones, pero fue la repentina muerte de su hermano Jack, tronzado por una sierra circular, la que marcaría para siempre su carácter. 

El tiempo ha atribuido a Johnny Cash la injusta fama de ser un hombre esquivo, de personalidad áspera y reservada, pero lo cierto es que nunca fue otra cosa que ese niño asustado que se pasaba las noches escuchando canciones western en su destartalada radio.

El talento musical del pequeño John era incuestionable. Influenciado por los cánticos religiosos de su madre, a los 12 años comenzó a componer sus propias canciones. Durante su adolescencia solía acudir a cantar a una emisora local de Blytheville, al norte de Arkansas. Toda su incipiente faceta creativa se encontraba dominada entonces por el góspel, que terminó acompañándole toda la vida. Tras una breve estancia en Detroit, en 1951, Cash se alistó en las Fuerzas Armadas estadounidenses, siendo destinado a Alemania como operador de radio para interceptar comunicaciones secretas soviéticas. Su voz, su guitarra y las canciones que almacenaba en su memoria, que interpretaba una y otra vez con su primera banda, The Landsberg Barbarians, fueron las principales herramientas de que disponía para combatir una profunda soledad que duraría cuatro años y que se convertiría en principal testigo de las primeras dudas de John sobre la integridad de algunas de las decisiones de las autoridades de su país.

Cuando llegó el momento de regresar a Estados Unidos, Cash no sólo había conseguido una característica cicatriz en su cara producida por un médico borracho que intentaba extirparle un quiste, sino también una relación postal con la joven Vivian Liberto, con la que se casaría en 1954. La pareja se instaló en Memphis y John comenzó a trabajar como vendedor a domicilio. Una vida tan sencilla como lo era su protagonista. Quien pretenda ver en Johnny Cash a un personaje que lo arriesgaría todo por la música se encontrará con una gran decepción. Cash no era un hombre de inquietudes complejas. Simplemente, le gustaba hacer canciones, tocarlas y cantarlas. 

En un Memphis que comenzaba a vibrar con el rock and roll, John no tardó en encontrar a un par de músicos con los que compartir su pasión. Junto al guitarrista Luther Perkins y el bajista Marshall Grant formó el ya mítico trío Johnny Cash & The Tennessee Two, en los que no tardó en fijarse el productor musical Sam Phillips. En 1955 Cash ya había sido fichado por Sun Records, colocado su canción Cry, Cry, Cry en el número 14 de las listas de country & western y formado el primer supergrupo de la historia de la música con otros tres muchachos de la discográfica llamados Elvis Presley, Carl Perkinsy Jerry Lee Lewis: The Million Dollar Quartet .


Un año más tarde, el trío graba la célebre Folsom Prison Blues, alcanzando el número 5 en las listas, y John acaricia el cielo con I Walk the Line (audio en cabecera), de la que se vendieron más de dos millones de copias que convirtieron la canción en el primer número uno del Hombre de Negro. Sam Phillips no sólo había conseguido que Cash se centrase en el country; había logrado que fuese el mejor, y él no lo olvidaría jamás.

En 1957, John se convierte en el primer músico de su compañía en grabar un LP, Johnny Cash with His Hot and Blue Guitar, y su carrera profesional parecía imparable. Su vida personal, sin embargo, comenzaba a desintegrarse. La mayor parte del año estaba de gira, y apenas veía a su mujer y a sus hijas. Poco a poco, su universo se fue reduciendo a escenarios, hoteles y carreteras. Johnny Cash no era más que un chico de Arkansas que se dedicaba a cantar y a tocar, pero el mundo que le rodeaba era cualquier cosa menos sencillo. La fatiga, el descenso del número de éxitos en las listas y la frágil estabilidad de su matrimonio lo llevaron a buscar refugio en el alcohol y las drogas.

En cualquier caso, la década siguiente se convirtió en un infierno de barbitúricos y anfetaminas que le condujeron al borde del suicidio. Los grandes de la escena country le daban la espalda, y aunque a principios de los años sesenta comenzó una exitosa gira con la conocida Familia Carter e incluso consiguió un nuevo número 1 en 1963 en las listas de pop y de country&western con Ring of Fire, su vida se había convertido en un absoluto caos.


Entre 1965 y 1967 llegó a ser encarcelado en siete ocasiones por distintas causas. Vivian, como era de suponer, no pudo más. John estaba fuera de control y la principal perjudicada era ella. En 1966, Cash se divorcia de su mujer, y ahogado por una feroz desorientación vital se traslada a Nashville, donde decide compartir vivienda con Waylon Jennings

El trágico idilio de John con los estupefacientes ha sido siempre uno de los motivos por los que su figura ha sido asociada a la del eterno rebelde sin causa. La espantosa muerte de su hermano, la impronta de Ray Cash, su autoritario y distante padre, su adicción a las drogas y el divorcio de Vivian Liberto eran excusas suficientes para convertir a John en el perfecto insurrecto. Sin embargo, tras esa inapelable apariencia de matón implacable se escondía un hombre tímido, frágil y confundido que ni siquiera había elegido el escenario en el que le había tocado vivir.

Uno de los motivos por los que John se divorció de Vivian tenía nombre de mujer: June Carter. Llevaban años compartiendo actuaciones, vivencias, sentimientos y probablemente algo más. Si en la historia de Cash con las drogas hubo una víctima, también hubo una heroína. Sin el apoyo incondicional de June, Johnny Cash ni siquiera habría conocido los años 70. Después de meses de desengaños, esperanza y paciencia, June Carter consiguió que el hombre con el que había ganado un Grammy en 1967 por la canción Jackson abandonase sus adicciones y retomase el control de su vida y su carrera profesional. 

El 13 de enero de 1968 y tras una tensa negociación con Columbia, que inicialmente se opuso a la idea de organizar un concierto ante miles de presos en una prisión estatal, John graba At Folsom Prison, el primero de sus álbumes en alcanzar de nuevo las posiciones más altas en las listas de éxitos desde principios de los 60 y quizá la pieza clave del reinado de Cash

"Algo va mal en nuestro país cuando tenemos millón y medio de personas bajo llave", declaró Cash en una de las entrevistas de la época. Su implicación en la causa a finales de los años 60 era absoluta. El 1 de marzo de 1968, John y June contraían matrimonio tras una larga relación que duraría hasta el final de sus días. El matrimonio, de clara vocación cristiana, había convertido la defensa de los derechos de los presidiarios en su principal bandera.


Cash llegó a San Quintín en febrero de 1969 dispuesto a ofrecer el concierto de su vida. Acompañado de un equipo de grabación de la televisión inglesa, el dolor por la muerte de Luther Perkins (miembro del grupo The Tennessee Three, la banda de Johnny Cash) unos meses antes, hacía presagiar que la intensidad de la actuación pasaría a los anales de la música. Y así fue. Si John cantó sobre algo aquel día, fue sobre la muerte. Y una de las formas en que Cash entendía la muerte era contenida tras las rejas de una celda en una prisión estatal. At San Quentin se convirtió en su álbum más vendido, permaneciendo en el número 1 de las listas de éxitos durante cuatro semanas y sobresaliendo como uno de los discos imprescindibles de la historia del rock and roll.

Los primeros años 70 convirtieron a Johnny Cash en un verdadero icono de la cultura popular en Estados Unidos. En 1970 actuó para el Presidente Richard Nixon en la Casa Blanca. Un año más tarde grabó con June el documental Gospel Road en Israel y publicó su conocido tema Man in Black. Presentó el Johnny Cash Show para la cadena ABC entre 1969 y 1971, y coprotagonizó la película El Gran Duelo junto a Kirk Douglas en 1970.

A finales de los 80, la personalidad de Cash seguía siendo la de ese asustadizo y despierto muchacho que únicamente quería dedicarse a cantar, pero su fortaleza ya no era la misma. Un ataque al corazón en 1988 y algún tonteo con los calmantes debido a un accidente sufrido unos años antes le habían arrinconado en una esquina del ring. Los proyectos de carácter religioso y la finalización de su novela Man in White ocupaban la mayor parte de su tiempo. Había finalizado su relación laboral con Columbia y el contrato que firmó con Mercury Records no terminaba de cristalizar en algún éxito. A nadie parecía interesarle ya nada de lo que Johnny Cash pudiese ofrecer. A nadie… salvo a Rick Rubin.

El barbudo productor de rap y heavy metal Rick Rubin, no dudó un instante en invertir sus esfuerzos para intentar recuperar a Cash. En 1993 Rubin le propuso grabar una serie de discos. Por aquel entonces la salud del Hombre de Negro estaba ya muy deteriorada, pero decidió aceptar la oferta porque, tal vez, sabía que sería lo último que haría. De la colaboración de ambos surgió uno de los mejores trabajos de toda la carrera de Cash: The Man Comes Around. Destacan canciones como la homónima The Man Comes Around o la versión de Personal Jesus de Depeche Mode, pero si hay que destacar alguna, sería Hurt. Escrita originalmente por Trent Reznor, parece haber sido diseñada para el viejo y enfermo John

Poco después de la publicación de The Man Comes Around, June Carter fallecía debido a complicaciones ocurridas tras haber sido intervenida del corazón. Tenía 71 años. La mitad de ellos, los había compartido con John. Menos de cuatro meses más tarde, Johnny Cash dejaba de respirar. Los médicos atribuyeron el fallecimiento del artista a su diabetes y a la enfermedad que tanto le había debilitado, el Síndrome de Shy-Drager. Quienes le conocían bien afirmaron que en realidad murió de pena. La muerte de June le había partido el corazón y, sencillamente, no quiso seguir viviendo más.

Con la muerte de Johnny Cash el 12 de septiembre de 2003, se produjo la muerte del verdadero rey del rock and roll. Cash nunca reclamó su trono, pero era suyo. Le pertenecía. Compuso más de 1500 canciones, vendió aproximadamente 90 millones de discos y ganó 11 premios Grammy. Y lo hizo sin convertirse en una marca, sin transformarse en una máquina de vender disfraces estrafalarios especializada en tener contento al pueblo y no incordiar demasiado. Johnny Cash habló en nombre de quien no era escuchado. No era precisamente el hijo preferido de América, pero tampoco le importaba. Si ha existido alguien que haya encarnado fielmente el verdadero espíritu del rock and roll, ese ha sido Cash


En 2005 se estrenó la película Walk the Line, dirigida por James Mangold, que narra la vida del cantante basándose en su autobiografía y que se realizó con la colaboración de su hijo pequeño, John Carter Cash. El actor Joaquín Phoenix, quien lo encarnó, estuvo nominado al Oscar al mejor actor. La actriz Reese Witherspoon ganó el Oscar a la mejor actriz por su interpretación de June Carter. Ambos actores ganaron el Globo de Oro en la categoría de "mejor actor de comedia o musical" y "mejor actriz de comedia o musical".

(Fuente: Jot Down In memoriam: Johnny Cash)

2 comentarios :

  1. Es bella la historia. Dura como la vida.

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  2. Un personaje increíble con una vida bastante dura, y detrás, una bella historia de amor. Gracias por traerle a este espacio...

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