Por un referéndum necesario

Por Daniel Movilla

Llevo queriendo escribir sobre este asunto desde hace varios días y siempre, por una razón de coger poso y de reflexionar con la máxima objetividad posible, lo he ido retrasando una y otra vez, hasta hoy.

Después de leer, escuchar, compartir y opinar en privado con muchísima gente sobre la abdicación del Rey, y sobre todo, sobre la dicotomía Monarquía o República, me he decidido a compartir con todos ustedes mis pensamientos y así los expongo.

Vaya por delante como primer considerando, que mi condición de hombre del siglo XXI me hace rechazar de plano y con contundencia el hecho de que una institución como la monarquía, anclada en conceptos y fundamentos ya caducos, pueda ostentar el titulo de Jefe de un Estado demócrata y otorgar además, herencias, legados o títulos de poder a favor de una u otra persona con la máxima discrecionalidad posible.

En segundo lugar, mi condición de hombre de leyes, que ha convivido durante mas de treinta años con normas jurídicas y fundamentos de derecho, me obliga intelectualmente a poner en un plano de igualdad en obligaciones y derechos a todos y cada uno de los españoles. Todo español por el simple hecho de serlo, tiene derecho a poder ostentar la Jefatura del Estado sin mas condición que la previa decisión democrática del resto de españoles.

Y por lo tanto, me opongo a cualquier tipo de decisión gubernamental ya sea pasada, presente o futura, que imponga un determinado modelo de Estado, sin una consulta previa a los ciudadanos, y que pueda declarar Rey de todos los españoles a una persona, cuyo único credencial para ostentar tal cargo sea el ser hijo de D. Juan Carlos de Borbón.

Llegados a este punto, parece meridianamente claro que no soy un hombre monárquico y que si por mi fuera, el modelo de Estado que yo votaría sería la República.

Si viviera mi padre y leyese estas líneas, estoy seguro que se enfadaría mucho y no entendería como los españoles podemos plantearnos la posibilidad de volver a “sufrir” una España dividida entre monárquicos y republicanos.

Esto lo pensaría mi padre y muchísimos mas españoles que durante muchos años vivieron los horrores de una guerra entre hermanos y para los que la palabra Republica les suena a guerra civil siempre.

Pero ese es el error fundamental de concepto que, bajo mi punto de vista, tenemos que evitar. Hoy, junio del año 2014, no estamos hablando de la misma España, ni hablamos de los mismos tiempos. Nuestro país ha vivido desde hace mas de treinta y seis años en democracia y con libertad de expresión. Un ciudadano español hoy, es libre de decir y de hacer, respetando la ley, todo aquello que quiera y pueda decir o hacer. 

Por lo tanto, dentro de mi libertad de expresión, pido con rotundidad al Gobierno que permita a los españoles decidir que tipo de modelo de Estado quiere y que una vez conocida esa decisión, sea aceptada por todos como la voluntad de un pueblo democrático y dueño de su destino.