dejas siempre las luces de tus recuerdos encendidas
por si fuera posible, todavía, seguir cegando a quien me mira
das largas explicaciones que ni te piden ni explican
y tu mejor excusa es una pirueta imposible
que ejecutas
de forma magistral y con soberbia
ante mí y ante mi mundo entero
como si la verdad no existiera
yo podría haber vivido toda la vida
en ese hueco pequeño y frío que habilitaste para mi
y seguir siendo quien dispusiste que fuera
pero yo, ni soy ni era como predicas
y aunque no quieras
en algún momento cada día
doy sombra
y mi sombra cobija y obsequia
y mi sobra feliz avanza conmigo y me persigue
y no lleva tu estigma
sobre el suelo mi cabeza se refleja alta y firme
mi corazón amable y solitario
y tú,
tú como una enorme señal que prohíbe el paso
Rosario Pato
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