Por Caminos de Vida y Vuelta
por unas botas gruesas y un camino
por la humedad que devuelve la tierra
por la vista agradecida aunque cansada
por el olor de una estación nueva
por unas venas y un corazón encharcados
por la razón que pide paso con urgencia
por el amor que apetece sin reparo
por las palabras que sin querer lastiman
no quiero estar aquí
porque necesito caminar hasta el desmayo
y mirar sin control ni condiciones
y oler y terminar con las esencias
y dejar de sentir este gran peso
doblegando al dolor y sus marañas
olvidando para siempre lo que siento
no quiero estar aquí
no es hoy un buen día que ofrecer a nadie
no merece ni el esfuerzo de nombrarlo
huraño esquivo inestable denso
una mezcla de ansiedad y desengaño
una ausencia demasiado conocida
por los montes y las sendas que me esperan
donde pacto día a día mi indulto o mi condena
no quiero estar aquí
Qué bonito!
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuela. Es un poema antiguo y una sensación que vuelve a repetirse después de mucho tiempo. Estar encerrada física y emocionalmente me produce claustrofia...Ahora, que muchas cosas han dejado de ser como eran -mi espacio de confort se ha ido al traste- y que Pocha no está y que todo es tan difícil y sin lógica... no quiero estar aquí. Pero en un aquí pobre y áspero y grosero -sí, grosero- como lo son los días que nos tocan vivir a muchos de nosotros.
Eliminar¿Sabes lo bueno? que cada día que pasa , queda un día menos para la normalidad. La que sea, la que nos toque, pero normalidad. Amable y continua.
Vaya cosa mas tierna, mas triste y mas real. Arriba los corazones, que quedan días muy bonitos por delante
ResponderEliminarPues muchas gracias, Alarico. No es desánimo y tampoco una tristeza feroz. Es nostalgia de aire fresco, de normalidad, de la posición confortable perdida a la fuerza después de mucho pelear -no ñoña, ni cómoda: confortable- Es necesidad de un punto y seguido. Volver a la carga justo donde nos obligaron a dejarlo, sabiendo muchísimo más: ya no hay tratos, ya no vuelven a pillarme. Un saludo.
EliminarPrecioso que bonito es triste pero aveces hace falta algo de tristeza para recuperar la alegría
ResponderEliminarGracias Elena. Insisto que no es una tristeza brutal. Más bien mucha nostalgia y necesidad de respirar y volver a ser y hacer y disfrutar de tantas pequeñísimas cosas que ahora no se puede. La alegría no hay que perderla nunca. Con constancia y alegría -una actitud positiva- se sale de todas partes. Creo.Un saludo.
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