Arrogancia, provocación, autoritarismo, soberbia, desprecio por los ciudadanos y desdén son los calificativos que distinguen hoy, el comportamiento del que fuera alcalde de la ciudad de Estambul, actual Primer Ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, tras ganar por mayoría absoluta en tres contiendas electorales, lo que demuestra que es necesario limitar en el tiempo cualquier cargo público.
Y no es que Erdogan no haya hecho nada bueno, hasta sus mayores detractores reconocen mejoras sustanciales en el país, pero mientras avanzaban en lo económico, retrocedían en libertades y derechos. Y la economía resulta que no lo es todo…
Estambul es la ciudad más poblada de Europa, por encima de París y Londres, con casi 14 millones de habitantes. Asentada sobre dos continentes, Europa y Asia, está acometiendo una profunda transformación urbana y sufre un fenómeno peligroso que los urbanistas llamamos "gentrificación", perdonadme por lo cursi del término, pero no consigo encontrar ningún otro equivalente. Los grandes cambios que se están produciendo en las zonas centrales expulsan a las clases más populares hacia la periferia lo que genera, un aumento en la tensión social. Las políticas urbanísticas afectan notablemente a la vida de los ciudadanos, pero éstos no suelen ofrecer resistencia, dada la complejidad de los efectos y que éstos no suelen ser bien explicados.
La plaza de Taksim, escenario del conflicto de las últimas semanas, es el centro de la ciudad Europea, un lugar de gran contenido simbólico para sus habitantes. El parque Gezi tiene entrada desde la plaza y es uno de los últimos parques públicos que quedan en Estambul. Sobre éste, aprovechando las ruinas de un antiguo cuartel otomano, el Gobierno pretende construir un centro comercial para los turistas que vienen del Golfo.
Al parecer, esta decisión ha sido tomada sin la necesaria y obligada participación de la opinión pública y sin debate alguno, de espaldas a la ciudadanía, lo que ha colmado un vaso que ya estaba bastante lleno. Y para echar más leña al fuego, al tercer puente que están construyendo sobre el Bósforo, le van a llamar Sultán Selim, monarca que en los siglos XV y XVI masacró a más de 40.000 alevíes, secta religiosa a la que pertenece la cuarta parte de la población del país.
Gobernar en contra de los ciudadanos, imponiendo políticas que les perjudican, restando derechos, recortando libertades, y sin el oportuno debate, sin escuchar su opinión, sin atender sus necesidades, y en espacios sensibles que son el escenario de la vida diaria, no puede ser admitido de manera alguna en sistemas que se definen como democráticos.
Decía estos días el escritor y premio Nobel de Literatura turco, Orham Pamuk: "...me llena de esperanza y confianza ver que el pueblo de Estambul no renunciará ni a su derecho a organizar manifestaciones políticas en la plaza, ni a sus recuerdos, sin luchar primero".
Toda una oportunidad para Turquía y también, cómo no, para España, si queremos.
Música: Bogazici Rüyalari (Can Atilla, compositor turco)
totalmente de acuerdo con la escenificacion social tal y como tu la describes, aunque deseando que la violencia en cualquiera de sus multiples acepciones no alcance a las personas dado que ya tenemos bastante sufrimiento.
ResponderEliminarSi no te importa dime a que te refieres con la palabra "Gentrificación".
Cordiales saludos compsotelanos
La violencia es el método que utilizan algunos gobiernos para imponer su razón cuando no la tienen. Sería preferible que convencieran, el debate, la negociación y el diálogo son las mejores armas.
ResponderEliminarEn cuanto a tu pregunta, te diré que cuando se actúa en las zonas centrales de las ciudades, con nombres pomposos de tipo reforma, reconversión o regeneración, uno de los grandes peligros es intervenir perjudicando a la población que reside en estas áreas. ¿Cómo? expulsándoles de ellas por el encarecimiento de las viviendas o porque se rehabilita a costa de expulsar a los inquilinos residentes; o bien, porque se elimina el uso residencial, sustituyéndolo por otro más rentable en términos de valor. A este proceso se le llama "gentrification" (palabra inglesa cuya traducción literal al español sería aburguesamiento, aunque no es exactamente lo mismo, por eso tampoco la utilizo en mi artículo). Lo ideal son las actuaciones en los barrios, también en los centrales, que fijan la población que ya reside en ellas, incluso promoviendo el acceso de otras capas sociales, reforzando la complejidad de usos que en ellas existen. El urbanismo ha de realizarse siempre teniendo en cuenta las necesidades de las personas, y sobre todo, de las que residen y trabajan en cada barrio, no a costa de expulsarles de ellos, en operaciones inmobiliarias especulativas realizadas únicamente pensando en el mayor valor. Siempre que se actúa de esta última forma a medio o largo plazo la ciudad pierde. Espero haberme explicado bien, pero pregunta lo que quieras, me gusta hablar de estos temas porque tienen gran interés.
Muchas gracias, aunque conozco el idioma ingles, no me habia percatado de esa traducción en el sentido de usar el anglosajon reconvertido al español.
EliminarCordiales saludos
En cualquier caso tu pregunta me ha venido bien para describir un poco mejor la situación que se vive en esta ciudad, la tensión social que estamos viendo en estas últimas semanas sólo es una consecuencia de un descontento que viene de más atrás, motivado en parte por la aplicación de políticas urbanísticas que no tienen en cuenta al ciudadano.
ResponderEliminarDesde el principio hasta el final de tu articulo he tenido la sensación de que hablabas de España y no de un país remoto geográfica y culturalmente hablando
ResponderEliminar¿que esta pasando? y sobre todo ¿que va a pasar?
Espero verlo pronto porque cuando mas tarde lo veamos mas cruento va a ser.