Por Irene Serrano
Estoy leyendo algo acerca de la generación de niños y jóvenes del cambio de milenio, los nacidos a partir de la década de los 80 y 90, y me encuentro con autores que afirman que son una generación narcisista, que cuelgan sus fotos en facebook y están encantados de haberse conocido.
No estoy en absoluto de acuerdo con esta descripción de nuestros jóvenes, más bien creo que esta generación será la que nos va a salvar a todos, estos niños y niñas cambiarán las cosas y nuestra misión hoy es la de atenderlos, entenderlos y apoyarlos.
Son optimistas, emprendedores, creativos, inquietos y reflexivos, a veces, hasta filósofos y no tienen afán de poder. Empezaron con tuenti, pasaron a facebook, están en twitter y, sin embargo, cada vez son más los que piensan que las redes sociales son una pérdida de tiempo. Incluso le dedican menos tiempo que nosotros, sus padres. Me gusta sentirles cerca, escuchar sus conversaciones, y hablo con conocimiento, no en vano tengo en casa tres.
Y por qué traigo aquí este tema… Veréis, para cambiar el sistema, lo primero es cambiar la idea que tenemos sobre el sistema. Cambiar el pensamiento previo que tenemos sobre las cosas es difícil, nos complica mucho la vida cambiar lo que llamamos "firmes convicciones" que no es sino una forma de engañarnos a nosotros mismos para no tener que pensar en algo nuevo. Los prejuicios nos dan una falsa seguridad, nos evitan muchos quebraderos de cabeza, eso que nos ocurre cuando cuestionamos la verdad oficial.
El sistema actual cuenta por un lado con los adictos al sistema, los que viven de sus prebendas y de los beneficios que reparte, de sus subvenciones, de su nepotismo, de sus adjudicaciones, de su reparto de altos cargos. Y por otro lado, están los forofos del sistema, los que sin vivir de él, creen en todo lo que emana de ahí sin cuestionarse nada más, de la misma forma que cuando a su equipo de fútbol le pitan un penalti de los de libro montan en cólera contra el árbitro, de una manera absolutamente irracional.
Nuestros jóvenes, esta nueva generación de la que os estoy hablando, carecen de prejuicios, nada les ata al sistema, es más, están sufriendo en primera persona sus efectos perversos. No tienen trabajo, han tenido que adaptarse a los cambios, salir de nuestro país, buscar trabajo fuera. Ellos sí, ellos cambiarán el mundo.
Mientras tanto, un homenaje a Antonio Vega, un compositor fundamental del pop español desde la llegada de la democracia. Muchas cosas cambiaron entonces, también la música, no dejemos que nadie nos haga retroceder al pasado.
Música: Cómo hablar - Antonio Vega y Amaral
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