Por Caminos de Vida y Vuelta
Mis inventarios son emocionales. Lo que he hecho o he dejado de hacer siempre ha ido unido a una íntima emoción o a una falta total de ellas. Nunca me ha movido el interés económico, la apetencia de notoriedad o le necesidad de competir. Soy un perfecto personaje de sombra, constante y fiel a mí misma, y, tengo que añadir, que me gusta.
Así que voy y vuelvo sumida en mis cuentas emocionales, arrebañando de donde puedo un poco de contenido a mi vida, aunque siempre bajo la estricta observación de ese tiempo prudencial y necesario para saber si sobrevive o no.
Y hoy, último viernes de mes para más señas, regresa y toma protagonismo en mi inventario vital una época emotiva y emocionante, pero que en su momento, ni pude ni supe afrontar como se merecía. Una, sencillamente, no siempre está lista cuando debe.