Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

27 de noviembre de 2014

Miré los muros de la patria mía...

Por Daniel Movilla
"Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados"


Como dice un buen amigo mío, los seres humanos en general, y los españoles muy en particular, hemos salido de fábrica con un defecto de origen y quiérase o no, de forma natural, somos tendentes a la picaresca permanente y a la mínima oportunidad que tenemos, avanzamos en el campo de la opacidad hasta donde esté legalmente permitido, o incluso mas allá. Eso me preocupa.

Al lado de esa opacidad que nos atrae indefectiblemente, y que nos puede llevar a rozar o alcanzar lo ilícito, también existe lo llamado ético o moral, socialmente hablando, y que para mi tiene mucha menor importancia pues son sólo un conjunto de normas que no coinciden en muchos casos con el concepto de moralidad que muchos llevamos en la conciencia y que desde luego, socialmente hablando, muchos nos hemos saltado a la torera, muchas veces y de muy distintos modos. 

Si los españoles tuviésemos claro que la ilicitud del soborno, de la prevaricación y del cohecho conlleva una inmediata condena, no social, sino penal, no me preocuparía que los españoles no tengamos muy claros los conceptos sociales de moralidad en esta España nuestra del siglo XXI, porque nada tienen que ver con los conceptos de moralidad imperantes en el siglo XIX y no te digo nada si fuésemos capaces de adivinar los conceptos de moralidad que van a imponerse en la sociedad del siglo XXII.

No creo que nadie sea desconocedor a estas alturas de nuestra preocupante situación institucional. Y de cómo se juega burlonamente con los términos de socialmente aceptable, moralmente aceptable o éticamente aceptable, mientras la opacidad y lo ilícito campan por sus respetos. Eso si me preocupa.

Me preocupa muchísimo mas el desmoronamiento hoy de los valores democráticos en España y la podredumbre que anida en nuestras instituciones. Eso si me preocupa.

Cada día amanecemos con una nueva imputación, una nueva orden de internamiento y un nuevo caso de corrupción política y social afectando tanto a los políticos de la casta, como a aquellos que aspiran a sustituir a la casta, para que todo siga igual.

Ayer escribí un correo a una amiga mía preguntándole si cree que existe alguna posibilidad de volver a ilusionarse con la defensa de los valores democráticos en España y si alguien sería capaz de liderar esa ilusión.

Y ella me contestó con los versos de Quevedo que encabezan este artículo. Sin mas. No necesitaba mas explicaciones para saber su opinión. Yo le contesté que si fuera fácil reconstruir todo este deterioro, lo harían otros. Y parafraseando a Jean Cocteau finalice mi contestación diciéndole que nosotros, la gente que aún tenemos fuerza para luchar, deberíamos seguir intentándolo porque no sabemos que en realidad es imposible.


3 comentarios :

  1. Daniel, la patria se construye primero en uno mismo. Después, con el ejemplo de la historia personal(método didáctico infalible), en los que te siguen. Yo, tengo claro que soy un ciudadano del mundo de origen español. Defiendo la verdad y la vida, por tanto, el que cree en mi, no morirá. Marañón, luchó hasta convertir la muerte en vida... Cada vez que paso por la Plaza de la Lealtad en Madrid, me detengo 5 minutos a meditar en todos los españoles que, como Marañón hicieron posible la idea de España que va conmigo. Sin ellos, no sería el mismo. Saludos y gracias por tu artículo.

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  2. El problema viene del esquema del propio Sistema. Los ciudadanos hemos delegado (con nuestros votos desde inicio de la democracia) el poder absoluto en los políticos. Digo absoluto porque las instituciones que deberían velar por que eso no fuera así, también están controladas por ellos directa o indirectamente. Lo grave de esto es que quienes han configurado el Sistema, por muchas barbaridades que lleguen a realizar, quedarán siempre indemnes, ya que son ellos mismos quienes legislan para que eso sea así. Y refrendados con los votos de todos nosotros en democracia : da igual las razones por las que les votemos, siempre argumentarán que tienen el apoyo de los ciudadanos, y no podremos rebatirlos. Sólo quedaría pues, una salida : en próximas elecciones, otorgar ese poder absoluto a nuevos partidos, con la esperanza que fueran personas honestas (éstas sí) y una vez en la cúspide del Sistema, mediante las oportunas leyes trasvasaran la mayor parte de su poder a la sociedad civil, convirtiéndoles a ellos mismos en lo que siempre debieron ser ; nuestros administradores. Esta salida no es imposible. Pero en mi opinión hay demasiadas variables que pueden dinamitarla y, en todo caso, sería excesivamente lenta. Conscientes de la degeneración del Sistema y de la gran dificultad para cambiarlo por parte de los ciudadanos, dos amigos de Barcelona tuvimos una idea que, de tener un buen desarrollo, podría ser muy útil a la sociedad para regenerar esto. Tanto si no llegan los nuevos partidos al poder, como si una vez llegados se comportaran igual (o peor) que sus antecesores, podría ser una herramienta adecuada a las necesidades que el momento demanda (y en caso de obtener el suficiente apoyo ciudadano, se convertiría en un buen control de la clase política por la sociedad civil, devolviendo a ésta última la percepción de que su voto sí tiene un valor. Envié un mail a Fundación Civil hace unos meses, pero no obtuvo respuesta. La idea, peculiar, en nuestra opinión es buena y necesaria. Pero no tenemos capacidad para llevarla adelante nosotros sólos. Si usted o alguien de la Fundación quisiera atendernos un día, nos encantaría comentársela. Antonio Navarro

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  3. Daniel y Antonio:
    Describís muy bien la situación a la que hemos llegado pero al deterioro moral e institucional me gustaría añadir la lamentable situación económica que nos han dejado los administradores de la finca España. Tan mal han llevado la gestión que la finca esta arrasada y va a producir muy poco incluso para ellos.
    Todos habríamos salido ganando si se hubiesen llevado los sobres sin hacer ninguna gestión.
    Que inmorales y que inutiles

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