Por Mario Conde
Escribo algo conmocionado por la barbarie. Mas de 120 muertos en Paris…
El verano pasado, la regresar de un viaje por el Languedoc, en una cena en Gerona, un experto conocedor del mundo de la presencia islámica en Francia, además de alertarme de que el tráfico de drogas era un instrumento de financiación al servicio del terrorismo islámico, me desveló que los planes de esta colección de asesinos pasaban por París. Me dio datos concretos sobre las cifras —tremendas— de dinero que se manejaban Me dijo que sus informadores eran los propios traficantes a los que conocía como consecuencia de su actividad profesional, porque en algunos casos tenía que defenderlos. Y esos individuos le desvelaban informaciones sobre ese movimiento terrorista
Sus efectivos humanos en Francia —me decía— son extremadamente numerosos y están no solo aleccionados, sus mentes abducidas y dispuestas al "sacrificio", sino que, además se encuentran organizados y cuentan con armamento entre el que me mencionó a las bombas nucleares de potencia media. Su plan —me dijo-— es volver a asesinar en número elevado, en alguna concentración humana en París, y después volar un barrio entero en esa ciudad. Esa será la señal del inicio de la guerra final… Porque —me insistía— hay que saber que de lo que hablamos es precisamente de eso: guerra contra Occidente. Obviamente —insistía— no es únicamente Francia el país en el que tienen gran cantidad de efectivos humanos. Pero es el mas numeroso y en todo caso el mejor organizado para sus ataques.
No tenía elementos de juicio para calibrar la información que me transmitía aquella persona, que resultó ser conocedor de otros asuntos en los que yo si disponía de mejor calidad informativa, lo que me proporcionó cierta seguridad. Pero en todo caso, —lo confieso— dudé y por ello reservé lo desvelado en un núcleo de personas amigas sin desplegarla totalmente en medios. Ayer, cuando me enteré del atentado, a una de esas personas amigas le recordé lo dicho en su día, lo que le conté, lo que tomó con mas escepticismo del que vivió en mi interior. Por eso, cuando la prensa señalaba 30 muertos, yo le dije: serán entre 30 y 60 mas. Es decir, acercándose a los 100. Porque tenían rehenes y los iban a ejecutar con total seguridad. Hoy la prensa desvela que hablamos de mas de 120 muertos… Y esto es solo la primera parte de ese supuesto diabólico plan que me relató aquella persona en la cena…
Estamos en guerra y algunos no se han enterado. Afortunadamente parece que ya se toman ciertas medidas. No hay ninguna solución mas que atajar el problema de raíz. Se ha dejado crecer el número de personas contaminadas por la locura del terrorismo islámico instaladas en diversas partes de Europa. Nunca hemos querido entender lo que se esconde detrás. Obviamente no es una condena global del Islam lo que estoy diciendo.Eso sería injusto y desproporcionado. Detrás de las religiones, en sus dimensiones fanáticas, se encuentran muchas, pero muchas vidas humanas destrozadas, unas por asesinatos directos y otras por pérdidas de libertades, torturas, hogueras… Esto es así y la historia lo evidencia. Pero no hablamos de tiempos pasados sino de ahora mismo. Y que el terrorismo islámico se encuentra en guerra con Occidente y que trata de aniquilarnos, no es ni injusto ni desproporcionado, sino que es sencillamente la pura y dura verdad. Le pese a quien le pese y le duela a quien le duela
Y a la guerra se responde de una manera concreta, no con palabras ni gestos ni condenas políticas. Si no se actúa sobre la raíz no haremos nada. Hay que erradicar el terrorismo islámico. Y como en las cirugías agresivas de tumores, no hay mas remedio que arrancar la pieza y crear márgenes de seguridad colaterales. Si eso no se hace el peligro subsistirá. La célula se reproducirá. Y creará metástasis… Atención a otros países diferentes de Francia. La guerra puede ser multifocal.
Y los gobernantes actuales, que en el fondo son causantes de muchos errores, de demasiados errores, deben sentir como su principal obligación proteger nuestras vidas, nuestra sociedad, nuestro modo de convivencia frente a quienes tratan de destruirlo. Ahora no me ocupo de los brutales espectáculos de rehenes quemados vivos, aplastados por tanques, ejecutados en serie, de niños aleccionados con armas de fuego… No. Es mas simple. Nuestras vidas están en juego. Los gobernantes tienen la obligación de protegernos. Y solo hay un camino: eliminar de raíz el problema. Si no lo hacen serán en alguna medida cómplices del próximo atentado masivo.
Al menos, si este monstruoso atentado sirviera para que comprendiera el problema… El problema es el hombre. Y si edificamos un edificio de convivencia para un tipo de hombre que no se ajusta a la realidad, estaremos creando una entelequia altamente peligrosa. Los derechos humanos en sus diferentes variedades hay que ajustarlos y predicarlos para seres humanos, pero en alguna parte del mundo parece que viven bestias con forma humana capaces de cometer monstruosidades como las que vemos casi a diario ante cierta indiferencia de quienes tienen el poder. Situemos a las cosas en su sitio y no caigamos en buenismos sin sentido. Se paga demasiado caro, porque lo mas caro es precisamente la vida humana. Ya está bien de errores descomunales cometidos por quienes gobiernan desde un salón, elegidos en un mundo de mediocres, desconectados de la realidad, atentos a las palabras que pueden gustar, capaces de sacrificar todo tipo de ideales por un puñado de votos. Una cosa es que gobiernen mal. Otra que consientan el peligro para nuestras vidas y nuestro marco de convivencia.
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