Por Mario Conde
Sinceramente cuando me dijeron que Rajoy iba a comentar un partido de fútbol, y renunciaba a asistir a debates electorales, pensé que me estaban tomando el pelo. Pues no.
El mundo está revolucionado, o debería estarlo, por lo que sucede a nuestro alrededor, que es como para tomárselo muy en serio. Que un país de la OTAN, Turquía, derribe a un avión ruso y que un piloto descendiendo en paracaídas sea ejecutado, es un suceso de máxima gravedad. Putin anuncia represalias, y a buen seguro que las tomará, porque es persona que cumple lo que dice, por extraño que ese compartimiento sea entre la clase política. La OTAN se encuentra en una encrucijada de la que veremos como sale.
Y es el peor momento para una crisis en el funcionamiento del Tratado del Atlántico por el ataque del yihadismo. Se equivoca el primer ministro francés cuando pide ayuda para Francia ante los atentados perpetrados y los frustrados. Y digo que se equivoca porque no es un asunto de Francia sino de Occidente. Francia es únicamente el país de Occidente en el que, desde hace muchos años, el yihadismo ha colocado activos humanos con mayor intensidad, tanto en cantidad, como en "calidad" de educación a su servicio, al servicio del terrorismo mas abyecto de cuantos nos ha tocado sufrir. Pero el objetivo es Occidente al completo.
Yo no descarto, sino que mas bien pronostico, que si no se corta de raíz esta escalada terrorista tendremos un ataque multifocal, es decir, que estallarán bombas o se cometerán atentados en varias ciudades europeas al tiempo. Nadie está libre de ser atacado. Alemania lo ha comprendido y por eso aporta soldados para Mali. Importante. Pero hay que destruir el Estado Islámico allí donde tiene su epicentro. Está bien cortar las ramas del árbol que sobresalen, pero el asunto es la raíz.
Algunos dicen que la violencia solo trae mas violencia. Y tienen razón en casos normales. Pero aquí estamos, lo vean o no, ante un asunto de legitima defensa. Por ello, primero hay que erradicar el foco y posteriormente emplear los recursos de Occidente en crear en esos países un modo de pensar que evite estos comportamientos terroristas. Ya anticipo que no será demasiado fácil. Llevar la democracia de Occidente a esos países en los que la religión sigue siendo utilizada como instrumento al servicio del poder políticos y de los delirios terroristas, es una tarea hercúlea en la que las posibilidades de fracaso son enormes.
Habrá que intentarlo, sin duda, pero, insisto, por su orden. Primero hay que eliminar el foco que causa muertes y altera la normal convivencia de Occidente por medio del terror. Luego hablemos de lo que es necesario hacer para evitar que se repita este fanatismo asesino.
Esto, por otro lado, evidencia el error de las políticas de inmigración europea seguida a lo largo de tantos años. Evidencia el error de un multiculturalismo teórico traducido en guetos aislados en la práctica diaria. Evidencia el error de un buenismo en la concepción de ciertos derechos llamados humanos. Evidencia la excesiva laxitud en el tratamiento de los refugiados, cuando hay pruebas de que asesinos se cuelan en Occidente dentro de ese capitulo. Esto es así lo quieran ver o no.
Por ello asusta la frivolidad de los gobernantes y de los partidos españoles al decidir que no deciden sobre este gravísimo asunto hasta después de las elecciones. Como no saben cómo va a reaccionar la ciudadanía, soslayan sus mas elementales obligaciones. La tiranía del voto por encima de las convicciones y de las obligaciones que impone el gobernar. No solo es que tengamos derecho a que cuiden de nuestras vidas colaborando en una actuación bélica en la que está comprometido Occidente, sino que, además, necesitamos saber su posición sobre este asunto antes de votar en las próximas elecciones. Si no deciden de forma clara sobre algo tan trascendente no merecerán ser votados.
Lo malo es que la sociedad española sigue dormida en muchos aspectos. Es posible, incluso, que a la mayoría le guste mas que Rajoy comente un partido que asista a un debate o decida sobre estas cuestiones capitales. Es posible. Tal vez sea así. Pero admitamos que de serlo es realmente demoledor el espectáculo.
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