"Sigue luchando, da igual cuál sea el obstáculo, porque la vida es una carrera de obstáculos que tienes que correr... El odio me llevó a la cárcel, pero el amor me sacó de ella"
Ésta, es la historia de Huracán…
Rubin Carter nació el 6 de mayo de 1937. Tuvo una infancia difícil. Cuando tenía 11 años un hombre blanco adinerado y viejo se acercó al grupo de amigos de Rubin intentando seducir a uno de ellos (en ese tiempo era muy común que personas adineradas buscaran cometer ese tipo de crímenes pues los niños negros eran presa fácil. ¿Quién le iba a hacer caso a un niño negro denunciando un abuso sexual de parte de un miembro distinguido de la comunidad? Rubin defendió a su amigo lanzando una botella de vidrio que le pegó en la cabeza al acosador. Ambos forcejearon, pero Rubin huyó tras clavarle una navaja en el brazo. Una semana después lo arrestaron; el policía que lo interrogó, se llamaba Della Pesca, aprovechó para amenazarlo y humillarlo por ser negro. Llevaron a Rubin a una corte para menores y le dictaron sentencia de permanecer en un reformatorio hasta los 21 años.
En ese violento reformatorio aprendió a sobrevivir, entre peleas y abusos sexuales. Rubin se escapó dos años antes de cumplir su sentencia. Se enroló en el ejército y se hizo paracaidista. Superó problemas personales como su tartamudez (por la que lo discriminaban aún más) y se hizo boxeador profesional. Unos meses más tarde de terminar su preparación básica en infantería, fue enviado a Alemania Occidental.
Se convirtió al Islam y durante un tiempo, cambió su nombre. En mayo de 1956 fue dado de baja en el ejército habiendo cumplido 21 meses de su contrato de alistamiento de tres años y regresó a su ciudad natal con la intención de convertirse en boxeador profesional.
Cuando volvió a su pueblo natal era ya campeón de peso Welter europeo. En cuanto pisó de nuevo su territorio Della Pesca, ahora convertido en sargento, lo encarceló para que cumpliera su condena. Rubin salió de la cárcel el 21 de septiembre de 1961, tras entrenar mucho para convertirse en boxeador profesional.Al salir juró nunca más volver a pisar una prisión. Contrajo matrimonio con una joven de su vecindario, con quien tuvo un hijo, y al siguiente año fue nombrado púgil del año.
Aún cuando era una figura pública reconocida, sufría por ser de raza negra. Uno de los ejemplos más escandalosos sucedió el 24 de diciembre de 1964. Ese día le propinó una paliza al entonces campeón mundial de peso medio, Joey Giardello; sin embargo, el cinturón se lo dieron a Giardello después de una deliberación de 35 minutos. El motivo: un negro no podía ganarle a un blanco.
En 1966 ocurrió el suceso trágico que llevó a Rubin a la cárcel: Estaba bebiendo en un bar para relajarse, donde uno de sus fans, John Artis (también negro), lo reconoce y se ofrece llevarlo a su casa. Ya encaminados, una patrulla los detiene y sin interrogarlos, son forzados a acompañar a los policías. Después se enterarían que se había cometido un asesinato a sangre fría en otro bar y se reconoció a dos negros en un auto blanco como los agresores. Rubin y Artis eran sospechosos.
Sin decirles la razón por la cual los llevaban detenidos, Rubin y Artis fueron conducidos al bar donde estaban los testigos, quienes aseguraron que ellos no eran los negros que habían visto. Posteriormente los llevaron al Hospital St. Joseph para que una de las víctimas los reconociera y, aunque estaba mal herido, aseguró que ni Rubin ni Artis habían sido los agresores. En ese lugar estaba el sargento Della Pesca, quien parecía inducir al herido para que los reconociera. Rubin "Huracán" Carter se dio cuenta que aquel sargento que lo había discriminado y humillado quería involucrarlos en el asesinato.
Ese mismo año juzgaron a Rubin Carter y a John Artis, en un juicio lleno de mentiras y prejuicios raciales, condenándoles a tres cadenas perpetuas. Cabe hacer mención que el jurado estaba conformado solamente por hombres blancos.
Mientras estaba en prisión el "Huracán" escribió un libro con su biografía que tituló El Decimosexto Round. Fue su forma de decirle al mundo que era inocente y de pedir ayuda a todas las personas dispuestas a escucharle fuera de los muros de prisión.
Este libro fue leído en 1980 por un joven de 15 años que luego sería un gran abogado, su nombre es Lesra Martin. Para entonces, los recursos presentados por la defensa de Carter contra su condena ya habían sido rechazados hasta en 2 ocasiones.
En la calle fueron numerosas las manifestaciones y protestas contra su condena, durante las décadas de los 60 y 70, en las que tomaron parte personas de la talla de Bob Dylan o Mohammed Ali. Sin embargo, fue el joven Lesra Martin quien logró involucrar a una serie de personas que trabajaron en el caso hasta que en noviembre de 1985 obtuvieron una sentencia favorable y Rubin "Huracán" Carter fue liberado. Consiguieron demostrar que las pruebas presentadas habían sido manipuladas y que el "Huracán" no estaba en la escena del crimen cuando se produjeron los asesinatos. El juez de Nueva Jersey que lo liberó declaró en la sentencia que la condena de Carter "estaba basada más en el racismo que en la razón"
Carter salió de la cárcel y desde dedicó su vida a combatir las injusticias que él vivió. Hasta 2005 presidió la Asociación para la Defensa de los Condenados Injustamente y dio charlas por todo el mundo. Obtuvo dos doctorados honoríficos en leyes, por una universidad canadiense y otra australiana.
En 2011 le fue diagnosticado un cáncer terminal de próstata y falleció el 20 de abril de 2014 a los 76 años.
Bob Dylan cantó su inocencia y el cine contó su historia, pero los casi 20 años que Rubin "Huracán" Carter pasó en prisión dejaron en él un poso insalvable. El ex boxeador, que "algún día podía ser el campeón del Mundo", como clamaba Dylan, fue condenado por un crimen que nunca cometió.
Fuentes:
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