Lo ha dicho: Jonathan Swift (1667-1745)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios se conjuran contra él"

15 de diciembre de 2015

Indecente, ruin, mezquino, miserable…

Por Mario Conde
www.marioconde.com

Por lo visto estos y otros parecidos insultos salieron de las bocas de los dos candidatos a presidir el gobierno de un país viejo como España. Viejo, sí, sin duda, pero al tiempo en un proceso de descomposición, del que son corresponsables las organizaciones llamadas partidos a las que pertenecen los dos hombres que se situaron uno frente al otro para teóricamente debatir sobre nuestra nación, con las miras puestas en una nueva confrontación electoral que se celebrará el próximo día 20 de diciembre.

He comenzado escribiendo "por lo visto" porque yo tuve la suerte de no contemplar el espectáculo. Ya he expresado que no me gustan este tipo de confrontaciones por dos razones. Una de fondo, y es que, como se sabe, yo no creo en las palabras de los hombres, sino en sus conductas. Y esos dos hombres traen causa —como se dice en derecho— del espíritu y conducta de sus organizaciones, léase PP y PSOE, y ellas vienen dominando a este país desde 1978. Y como tengo perfecta conciencia de donde lamentablemente estamos, de lo que han conseguido con nuestra nación, no me importa lo que me digan en el último momento con vistas a conseguir un puñado de votos. No me interesa nada. Se lo que han hecho a los largo de muchos años. Recuerdo sus promesas y sus incumplimientos, así que no voy a caer en la ingenuidad de valorarlos por lo que digan/hagan en un escenario de supuesto debate.

Y es que la segunda razón es puramente estética. Estamos asistiendo a una banalización del debate político. Creo que el dato brutal de que los líderes elijan como escenarios para sus entrevistas programas que encajan con mayor o menor rigor en el calificativo "del corazón", pero que con todo rigor se alejan de una entrevista política en profundidad, nos dice mucho del estado de la sociedad española. No les culpemos solo a ellos. Si deciden usar esos escenarios televisivos es que son conscientes de que ese es el producto que gusta y consume la sociedad española. Así que es nuestra responsabilidad. Ellos se ajustan a los modos de pensar y de comportarse de la sociedad española. Y yo no participo de esos gustos y preferencias, de manera que me aparto voluntariamente.

Y por si fuera poco, cuando se pretende un mínimo de rigor, resulta que el espectáculo es patético, porque las ideas y los razonamientos ceden su campo al puro y duro insulto. Que dos pretendientes al Gobierno de España se dediquen a la práctica del insulto me dice muchas cosas, entre ellas que, aparte de la banalización de la política, estamos presenciando su demolición. Al menos de la Política con mayúsculas. Y no quiero ser cómplice silente de semejante destrozo.

Ayer volvimos a perder todos. ¿Consecuencias? No las conozco ni soy capaz de valorarlas con rigor. Hace ya mucho tiempo que tengo claro que la coherencia conmigo mismo me lleva a no votar. Ni el mal menor, ni el voto útil, ni un fantasmal deber democrático de colaborar, ni el miedo, ni el pánico, ni ninguno de esos atributos que condicionan el voto de demasiados españoles me afectan lo mas mínimo. Así que sigo en mis trece. Y lo que he leído y escuchado del debate, de estos debates en su conjunto, ha elevado mis trece a cotas siderales.

¿Se beneficiarán Podemos y Ciudadanos del debate de ayer? No lo creo. Pero tampoco lo descarto. Puede que algunos votos se roben, pero no creo que el impacto sea decisivo. Me temo mucho que si las encuestas no fallan con exceso de estrépito, —lo que no hay que descartar porque cuando se "encuesta" con finalidad política mas que informativa estas cosas suelen suceder— si el error no es descomunal, todo parece indicar que tendremos a un PP dominando la escena con mayoría minoritaria, un PSOE intentando salvar los muebles, y dos emergentes que no tardarán demasiado en ser sumergidos en las aguas del Sistema, si es que en algunos aspectos no lo están ya. Si el PP y el PSOE dominan el Parlamento de nuevo después de lo que nos ha caído encima y de los gritos de esta legislatura, debemos mirarnos en el espejo de nosotros mismos para no equivocarnos de quiénes en realidad somos.

En fin, que se producirán cambios estéticos. Algunos dicen que es muy importante el que tengan que negociar los que gobiernen. Ya…Pero, ¿acaso no es una negociación intra sistema? ¿No se moverán esas negociaciones dentro del tejido de intereses propios de nuestro sistema de poder? Tengo pocas dudas. Asi que los cambios serán mas cutáneos y periféricos que otra cosa, y que conste que me gustaría equivocarme.

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